Los tres deseos de Aldo Abram para la Argentina 2008.
Ustedes me perdonarán, pero me temo que el nuestro no es un problema exclusivamente de las “clases dirigentes”. Nuestros dirigentes son fiel reflejo de lo que somos como sociedad:
En la Argentina, la generación que organizó el país a partir de la Constitución nacional de 1853 tuvo claros estos conceptos. Con todas sus fallas y con una cultura caudillista que todavía los impregnaba a ellos y a la sociedad, intentaron construir una nación democrática y republicana. En ese sentido, lograron estar entre los países de avanzada del mundo y eso nos puso entre las economías que más se desarrollaban. El fuerte impulso que se dio a la educación apuntó a formar habitantes argentinos, en un pueblo de inmigrantes y sus hijos. Lamentablemente, faltó enseñarles a ser ciudadanos y el populismo reconquistó la realidad argentina, con sus consecuencias de inestabilidad política y subdesarrollo.
Conclusión: el populismo es la única alternativa democrática para los pueblos que tienen una dirigencia pobre. Son los dirigentes empresariales, profesionales e intelectuales los que tienen la obligación primaria de cambiar esta decadente cultura argentina. Sin embargo, da la impresión de que tiraron la toalla y de que, escudados en el "esto no tiene solución", se desentienden de su responsabilidad cívica.
"Only a virtuous people are capable of freedom. As nations become corrupt and vicious, they have more need of masters."
ReplyDeleteBenjamin Franklin