No hay caso, la Argentina es un país de ciencia ficción.
¿Se acuerdan cuando durante los 90 el país recuperó la tan aburrida y burguesa costumbre de volver a presentar presupuestos anuales en tiempo y forma?
Pero claro, la Argentina de la “producción y del trabajo” no está para minucias. Ahora los presupuestos son mucho más creativos:
Una vez más el Poder Ejecutivo elaboró un Presupuesto que presenta características ante las cuales todo análisis serio se reconoce como un ejercicio de ficción.
Estimaciones económicas moderadas, basadas en índices de precios sin consistencia técnica, sumadas a la inercia en la evolución del gasto presupuestado y a la persistencia en el manejo intransparente de los fondos públicos, hacen de todo intento de análisis serio un ejercicio intelectual incierto.
Si bien el material para el análisis es escaso, uno de los elementos más salientes es el que da cuenta de la persistencia de estimaciones macro-fiscales improbables, basadas en cálculos conservadores sobre la evolución futura de las variables y en índices de precios manipulados.
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