Roberto Cortés Conde hace una muy interesante comparación del populismo del primer peronismo y el del "modelo" duhaldista - kirchnerista.
En serio, no se preocupen que no pasa nada. Esta vez seguro, pero seguro – seguro, que sale bien:
La experiencia de los últimos cuatro años muestra un esquema proteccionista, pero, esta vez, basado en un tipo de cambio alto, sostenido con la compras de dólares por parte del Banco Central con emisión de dinero y de deuda. El tipo de cambio competitivo rige sólo para el mercado interno porque encarece las importaciones y favorece la producción local. En el caso de las exportaciones, se lo compensa con crecientes retenciones. Como las actividades para el mercado interno intensivas en mano de obra son de una productividad baja, se busca mantener salarios reales elevados, controlando los precios de los alimentos y las tarifas de los servicios públicos. Esto se traduce en un proceso de desinversión, en una pésima prestación de servicios y en serios problemas de oferta.
Además, no es posible pagar bien a los trabajadores si se protege a industrias que usan mano de obra no especializada, que competirá con una oferta china más barata. A la larga, el mejor salario se obtendrá produciendo y exportando trabajo de calidad. Este es el principal desafío del país. Lo que diferencia la experiencia del último cuatrienio es que el Gobierno esta vez no tuvo déficit, ni se financió con creación de dinero. Ello no es totalmente cierto ya que la compra de dólares corresponde a colocación de deuda del Central en los bancos comerciales, con el atractivo de una tasa ajustada a la inflación.
Yo quiero que alguien me mire a los ojos y me diga que esto salió bien en algún lado alguna de las miles de veces que se hizo (ni hablar de las muchas en Argentina).
ReplyDeleteSorry, era yo el anterior comentario.
ReplyDeleteNunca, pero hay que seguir insistiendo porque en el fondo nos encanta. Somos así. Si el populismo fuera el camino al desarrollo, a esta altura del partido seríamos Suiza.
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