Muy buena la editorial de La Nación sobre el proyecto de inflación apellidística.
En serio, parece salido de un sketch de Les Luthiers:
Un lector, con gran sentido del humor y singular acierto, destacó en Cartas de lectores que si hipotéticamente Javier Pérez Jiménez tenía una hija con Graciela Dávila González, su hija se llamaría Graciela Pérez Jiménez Dávila González, y si ésta se casaba con Antonio Pérez García, la nieta de la primitiva pareja se llamaría Gracielita Pérez García Pérez Jiménez Dávila González, y así en adelante, generando un verdadero desafío a los memoriosos y algunas dificultades para la confección de los documentos de identidad. El disparate forma parte del folklore de los que creen que la igualdad entre los sexos pasa por la simetría cartesiana y no por la igualdad en dignidad como seres humanos con vocación de trascendencia.
Creo recordar que había enviado en su momento un comentario acerca de este problema.
ReplyDeleteMis disculpas por meter otro tema, pero ¿leyeron la recomendación del Ministerio de Salud Pública de vacunarse contra la Fiebre Amarilla para ir a las Cataratas del Iguazú y otras zonas de Misiones?
Esto puede ser un desastre sanitario y para el turismo. Del tema sanitario no quiero ni pensar y, como no soy médico, me abstengo de opinar sobre el riesgo.
Pero en el caso del turismo, me consta que son cientos de miles los europeos, españoles sobre todo, que viajan a ver las Cataratas, el Calafate, etc.
Una de las grandes ventajas que teníamos como destino era que no era necesario vacunarse contra nada. Ahora esto cambiará las cosas para mal.
YO (el enmascarado)