Grandes obviedades argentas.
Como son, che. Lo dice Agustín Monteverde en Ámbito Financiero y todo el mundo queda embobado. Lo digo yo por acá y para un tranvía. Ya van a ver:
Competitividad poco tiene que ver con ventaja cambiaria. Ningún subsidio -en este caso costeado por consumidores y trabajadores- puede contrarrestar la falta de calidad y la producción ineficiente. Por el contrario, las investigaciones de Porter han mostrado que tanto los aranceles como los subsidios cambiarios desalientan la búsqueda de eficiencia y los esfuerzos por satisfacer al consumidor.
La desvalorización de la moneda nunca puede ser beneficiosa, de la misma manera que nadie moralmente íntegro elevaría un vicio a la condición de virtud. Así como enfermar no conduce a estar sano, desvalorizar la moneda nacional -sostener artificialmente alto el dólar- no puede aumentar la riqueza sino empobrecer aun más.
Si en la moneda desvalorizada residiera el secreto para exportar, ninguna esperanza tendrían países como Suiza o Alemania. Sin embargo, el mundo sigue comprando chocolates suizos y autos alemanes. Las crecientes brechas de riqueza -y participación en el comercio mundial- que nos sacaron Canadá y Australia desde los años '30 se cimentaron en el fortalecimiento de sus propias monedas, y no en devaluaciones orientadas a que los sectores realmente competitivos subsidiasen a ciertos grupos de interés.
Quienes buscan la verdad merecen el castigo de encontrarla.
ReplyDeleteNo entiendo bien, pero suena misterioso.
ReplyDeleteY los que se la encuentra serendipituosamente?
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