"Mientras que el campo, en su sexto día de paro en repudio al alza de las retenciones, pide una vuelta atrás de la medida el Gobierno descarta esa posibilidad e intenta enviar una señal al sector: un acuerdo de precios para fertilizantes."
Este tipo de noticias nos demuestra bien cuáles son las ideas que predominan, no sólo en el gobierno, sino en toda la sociedad argentina.
La solución nunca es menos control del estado, menos impuestos, menos regulaciones. La solución siempre pasa por más estado, por más control, por más impuestos.
Es imposible en esta tierra imaginar que las cosas podrían andan mejor si las manejase la gente. Siempre la solución pasa por un mayor control. Los debates sólo pasan por cuáles controles.
Los intervencionistas arman infinitas mesas de debate, pues hay infinitas posibilidades en el campo de la intervención del estado.
La visión de todos es que la iniciativa privada, por representar intereses particulares, siempre beneficiará a unos a costa de otros.
A fines de los ´80s observaba con horror la cantidad de regulaciones ridículas para toda actividad y me costaba imaginar cómo se había llegado a esa situación bizarra y absurda.
Ahora veo en vivo y en directo cómo se llega. Una regulación lleva a un problema, pero no importa, porque lo vamos a arreglar con otra regulación, y a ésta con otra...
El capitalismo en Argentina no existe, se le puede llamar capitalismo prebendario, yo lo llamaría primitivo, pero en realidad es un corporativismo.
El estado es actor y árbitro de todo. La libertad pasa por las cosas pequeñas, no bien crecen, aparece el monstruo.
- ¿Corporativismo o morir?
- Morir.
- Pero antes ... corporativismo.
El estado es el actor principal de este unipersonal, si se me permite la expresión. Y es curioso, tragicómico, ver que en esto ha terminado la "revolución" del 2001 que comenzó con el grito "que se vayan todos". El problema eran los políticos y la corrupción. El remedio que nos automedicamos? Más políticos. Más regulaciones. Más intervención estatal.
ReplyDeleteLo más gracioso de todos es que nos creemos unos vivos bárbaros.
Así nos va.
Para mi es un problema que articula varias cosas complejas. De parte del público, no existe idea de sociedad, de actuación conjunta, entonces ante un ofrecimiento de beneficio individual, el ciudadano se deja sobornar en vez de hacer una causa común para conseguir lo que debería poder conseguir la demanda grupal. El estado del palo que sea conoce este comportamiento argentino, y si quiere mantener su poder en el juego la mejor forma es a traves de los subsidios porque siempre va a ser mas barato que dar mayores libertades por varios motivos, principalmente porque la mayor parte de los que en teoría recibirían el subsidio van a estar imposibilitados de recibirlo (un tipo con tres vacas lecheras en un pueblito de 200 habitantes jamas va a viajar hasta el lugar mas cercano donde pueda hacer el tramite, no sabría como hacerlo, no sabe que le toca y probablemente no sabe leer como para llenar el formulario).
ReplyDeleteLos subsidios para los productores grandes por otro lado exigen una cantidad de condiciones para recibirlos que es casi darle una radiografía de tu vida al estado y un cheque en blanco para cada vez que necesite algo de vos (ojo, por ahi quedas acomodado de por vida).
Y bueno, el poder de la cooptacion, las maneras en las que se dan los subsidios como dije apunta por un lado a endulzar las orejas de los pequeños productores, con lo que se hace base (el equivalente rural del chori y el tetra) y a tratar de comprar productores grandes para quebrar frentes y tener gente de su lado (los famosos empresarios amigos del poder). Es ni mas ni menos que una copia específica de lo que hace con la población general. Un gobierno como este jamas podría dejar pasar la oportunidad de usar semejante herramienta.
En nuestros contemporáneos actúan incesantemente dos pasiones contrarias; sienten la necesidad de ser conducidos y el deseo de permanecer libres. No pudiendo destruir ninguno de estos dos instintos contrarios, se esfuerzan en satisfacerlos ambos a la vez: imaginan un poder único tutelar, poderoso, pero elegido por los ciudadanos, y combinan la centralización con la soberanía del pueblo, dándoles esto algún sosiego. Se conforman con tener un tutor, creyendo que ellos mismos lo han elegido. Cada individuo sufre porque se le sujeta, porque ve que no es un hombre ni una clase, sino el pueblo mismo, quien tiene el extremo de la cadena. En tal sistema, los ciudadanos salen un momento de la dependencia, para nombrar un jefe y vuelven a entrar en ella.
ReplyDeleteLa Democracia en América
Alexis de Tocqueville
Les sugiero visiten www.paroagropecuario.blogspot.com, y en especial el comentario que hizo "Max" allí.
ReplyDeleteEl argentino promedio tiene una relación amor – odio con el estado, muy parecida a la que tiene con EEUU. Por un lado, décadas de frustraciones le han enseñado sin lugar a dudas que apostar por el estado es apostar al fracaso.
ReplyDeletePero por otro, no puede con el genio. Sin el papá estado, nuestros éxitos y nuestros fracasos serán exclusiva responsabilidad propia. No tendremos a quién echarle la culpa.
Preferimos el fracaso seguro del estado a la posibilidad de éxito sin estado.