Esta noticia, tal vez sin quererlo, describe muy claramente el tipo de país que hemos recuperado desde el golpe de fines de 2001.
El gobierno firmó un acuerdo para bajar precios de 13 cortes de carne, pero sin la presencia de productores.
Sinceramente extraordinario.
Más allá de que la argentina es una sociedad que todavía sigue creyendo en la eficacia de los controles de precios, estamos convencidos de que la producción y los recursos son del estado. Mejor dicho, del gobierno de turno, que en países como Argentina es lo mismo.
Un funcionario de cuarta categoría que en su vida manejó ni un kiosco dispone del fruto del trabajo del sector privado como si se tratara del propio.
Creo que no hace falta explicar cómo terminan estos sistemas, por llamarlos de algún modo. Nadie produce para que otro se quede con el fruto de su trabajo. Y nadie administra lo ajeno con la misma eficiencia que lo propio.
Cada vez me convenzo más que cuando explote esta burbuja el país va a seguir su trágico camino a Haití, y estos años de rebote poscrisis van a ser sólo un hiatus en el que alguna vez se va a leer la última gran oportunidad desperdiciada para cambiar el rumbo colisión con la Historia.
ReplyDeleteEn fin...
No, lo más gracioso es que Argentina nunca va a ser Haití. Nuestro destino es la mediocridad.
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