Mar 25, 2008

Don't Mess With Texas


Peter Cantu, Efrain Perez, Derrick Sean O'Brien, Joe Medellin y Vinnie, el hermano de Joe de 14 años, eran miembros de una patota en Houston, Texas. El 24 de junio de 1993 se reunieron para realizar el rito de iniciación de Raul Villareal, un nuevo miembro, al bando. Comenzaron la tarde con la ingesta de alcohol. De allí al ritual: Raul tenía que pelear con los muchachos uno por uno hasta caer duro en el piso. Una vez desmayado en el piso, sería aceptado como miembro de la banda. Luego de un mano a mano con tres de los mozos, Raul cayó al piso inconsciente.

Los jóvenes luego continuaron bebiendo cerveza hasta que Peter, muy desanimado porque a él no le había tocado pelear, se marchó a casa. Al momento de abandonar el grupo divisó lo que creyó era una pareja que venía caminando hacia él. Regresó inmediatamente adonde estaba el resto del grupo y les propuso comenzar una pelar con el pololo. En realidad no se trataba de una pareja, eran dos amigas que iban caminando rumbo a casa: Jenny Ertman y Elizabeth Peña, de 14 y 16 años respectivamente.

Los patoteros, frustrados al ver que no había un hombre a quién golpear, condujeron a las adolescentes a un descampado en el que durante una hora fueron ultrajadas en forma salvaje. Nunca hubo menos de dos con cada chica, quienes fueron violadas vía vaginal, anal y oral. El miembro juvenil de la banda le rogaba a su hermano que se retire antes que sea demasiado tarde. La respuesta fue: "come get some". Luego de transcurrida la hora, los jóvenes le dijeron al miembro más joven que se vaya porque no tenía edad para ver lo que venía. Jenny y Elizabeth fueron ahorcadas con un cinto y con las trenzas de sus propias zapatillas. Joe Medellin luego se arrepintió... de no haber usado un revólver, quejándose que con la modalidad elegida "the bitch wouldn't die". Algunos miembros veteranos de la policía de Houston lloraron cuando vieron el estado en el que quedaron los cuerpos de las chicas.

Días más tarde la esposa del hermano de uno de los patoteros le rogó a su marido que llame al 911 para guiar a la policía al lugar donde estaban los cuerpos para que las familias encuentren algo de paz con el fin de la desesperada búsqueda. La llamada fue rastreada debidamente y los muchachos fueron arrestados y horas más tarde confesaron la autoría del crimen. Texas pidió la pena de muerte para los acusados.

Joe Medellín tenía 3 años cuando su familia se mudó de Mexico a Estados Unidos. A pesar del corto tiempo que pasó en Mexico, y que de español sabe poco y nada, su carta de ciudadanía lee: mejicano. Cuando fue arrestado, la policía le leyó sus derechos bajo la constitución de los Estados Unidos, los Miranda rights (a permanecer en silencio, a reconocer que todo lo que diga puede ser posteriormente usado en su contra en una corte, a nombrar un abogado, a que la corte le designe un abogado pagado por el estado de Texas en caso que no pueda pagar uno de su bolsillo). Joe renunció sus derechos y confesó el crimen.

En posteriores audiencias en la corte, el abogado defensor de Joe sostuvo que el estado había infringido los derechos de su cliente porque, aunque se le leyeron los Miranda rights, Joe nunca fue informado de su derecho de comunicarse con el consulado de su país, derecho éste reconocido en la Convención de Viena. Mexico, que no reconoce la pena de muerte, fue a la Corte Internacional de Justicia, que determinó que los ciudadanos mejicanos condenados a muerte en Estados Unidos deben recibir un tratamiento especial: "review and reconsideration". El gobierno de Bush (sí, el Bush que bebe sangre, ese que tortura y condena a muerte a inocentes) envió un memorandum a Texas para que acate la orden de la Corte Internacional. El estado de Bush y Cogito dijo no. La Corte de Apelaciones Criminales del estado de Texas dijo que la directiva de Bush excede la autoridad del ejecutivo nacional, y que brindarle una audiencia especial a Medellin violaría el procedimiento del estado. Texas v. Bush a la corte suprema. El fallo salió hoy. La Corte Suprema de Roberts falló a favor de Texas y en contra de Bush.

No esperen ver estos en los diarios. Esto no es material apto para los comentaristas de La Nación Online.

8 comments:

  1. La verdad es que me sorpendio ver los titulares de Klarin, The New York Times y algun otro por ahi... no hablaban del delito de los "niños" estos, ni de ningun tribunal internacional, ni de las ganas de Bush de abrirse hacia el exterior.. lo unico que decian los titulares era algo asi como "La Suprema Corte se opone a Bush".. punto.. el resto no importa para este tipo de prensa...

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  2. Todo bien, pero te aclaro* desde ya que las únicas víctimas en este caso son los miembros de la patota.

    *Digo “aclaro” porque yo, como buen argento, no opino sobre los temas, paso sentencia.

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  3. A ese habria que ejecutarlo solo por la cara que tiene. uy ! dije algo politicamente incorrecto???

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  4. No puedo dar una opinión objetiva sobre este asunto.
    Parece que el cuestionamiento es 'formal', ya que nadie discute la autoría de los horrendos crímenes. Es más, los responsables los han confesado.
    Yo conozco mucha gente que, por diversos motivos, se opone a la pena de muerte.
    Es paradojal, pero cualquiera puede darse cuenta que en estos casos la pena de muerte se queda muy corta.
    La atrocidad de estos monstruos no puede quedarse en una 'inyección letal'.
    Y si la justicia es darle a cada uno lo que merece, creo que estos sátrapas bestiales merecen ser torturados durante mucho tiempo.
    Y recién después que enloquezcan de dolor, cuando ya no haya más que hacerles, deben ser quemados vivos.

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  5. Genial estos posts!

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  6. hoy tambien encontraron culpable a un pelotudo que puso a su hija de 2meses en el microwave para que deje de llorar. ahora falta la sentencia, se puede comer vida en prision (la chica sobrevivio con quemaduras varias y le tuvieron que amputar una oreja)

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  7. Vos decís esas cosas porque sos un buen tipo, Louis. Un verdadero humanista.

    Dolores: Es un paso que hayan dicho eso los diarios. Son tan estúpidos que no se dan cuenta que ese es el perfecto contra-argumento de la posición progresista que nos cuenta que la corte es adicta al gobierno de Bush.

    Raquel: tema complicado el de la pena de muerte. Muchas veces lo he dicho, me opongo por cuestiones de práctica. Una muerte es lo único que no tiene vuelta. Un error judicial que manda al individuo equivocado a la silla es algo que no puede ocurrir en una sociedad civilizada. Por ello me opongo. Ahora, por principios morales o religiosos, no hay problema allí. Es más, me ofrezco como voluntario para servir de verdugo de estos muchachos.

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