Mar 9, 2008

El rollo del desarrollo

Andrés y Blogovido, gracias por comentar.

Andrés, admito que de España sé poco y jamás he vivido allí ni he visitado, pero ésta es la impresión que me da, al compararla con la realidad de nuestros países y también con la de otros "aparentemente" desarrollados, como Grecia y Portugal: España salió de su pobreza tercermundista en los años 60s, pero sólo su tamaño demográfico la salvaba de estar exactamente al nivel de Portugal, Grecia y, mucho más abajo, Irlanda: los pobretones en serio de Europa occidental. España era mucho más pobre que Francia e Italia y ni qué decir de Holanda, Alemania, Escandinavia, o Inglaterra, pero estaba mejorcito que los otros países que he nombrado, Grecia, Portugal, e Irlanda. La brecha se ha angostado entre España y algunos de los países más ricos de Europa, pero no me sorprende que en la España contemporánea haya enormes problemas de educación: la madre patria no se distingue por la calidad de su educación a ningún nivel; la ciencia que importa se realiza en Estados Unidos, Canadá, Japón, Inglaterra, Alemania, Corea, Francia, Italia, etc., pero no en España. España es receptora de dádivas por décadas y tiene empresas grandes como Endesa y Telefónica, pero la tecnología de esas empresas no es española. Me atrevería a decir que España no es en absoluto importante para el avance científico ni del mundo ni de Europa. Es la octava o novena economía del mundo, pero es insignificante en lo que verdaderamente cuenta. Después de todo, ES nuestra madre patria y toda ella se parece mucho a lo que ayudó a crear en las Américas. La producción científica de toda América Latina es menor que la de Italia y somos pigmeos intelectuales. Científicamente no llegamos ni a pigmeos: sencillamente no contamos para nada. Y países como Grecia y Portugal (Irlanda se escapó en los 80s) serían pobres y jodidos, igual que lo sería España, si no estuvieran en la Unión Europea. Son otros (Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda, etc.) los que han arrastrado a las anclas hacia arriba. Se dice que portugueses y griegos viven mucho mejor que los Sudcoreanos, pero es en Corea donde se arman barcos y se fabrica el mayor número de televisores plasma; es Corea la que ha sido pionera en el desarrollo y uso de fibra óptica. Portugal, Grecia (y España) flotan en una marea que otros han creado y mantenido. Si estuvieran en Latinoamérica, serían igual que Argentina, Ecuador y Honduras. Es por eso que a España, Portugal, y Grecia los llamo países "aparentemente" desarrollados. Hay riqueza y la vida es mejor que nunca; pero la creación y el desarrollo vienen de otras partes. Si España participa de la Agencia Europea del Espacio y de la construcción de sistemas avanzados (fabricó uno de los submarinos que compró Chile; el otro lo fabricó Francia) es porque los que verdaderamente son responsables de esas compañías deciden, más que nada por motivos políticos, hacer a España partícipe. Es como cuando Brasil o México fabrican automóviles: entrenan mano de obra y a ingenieros y eso está muy bien. Pero Ford, Mercedes y Volkswagen siguen siendo de los países que las crearon: ni México, ni Brasil, ni España han producido nada similar en ningún rubro, no sólo en automóviles; a lo máximo salen copias malas, como los Seat y Pegaso españoles. Hasta los aviones de Embraer importan el motor y las partes electrónicas más complejas de países avanzados.

Blogovido, claro que la familia es importante, pero a veces es posible que el estado tome riendas en el asunto si existe la voluntad política de hacerlo y si la gente quiere en verdad salir del hoyo. Corea (y siempre me refiero así a Corea del Sur) era miserable al final de la guerra: dividida, bombardeada, ocupada. Los coreanos decidieron salir del pantano en el que estaban. Volcaron todos sus esfuerzos a preparar profesores que prepararían a generaciones de alumnos que son los que hoy han transformado a una sociedad agraria, pobre, atrasada y semidestruída como la coreana, en uno de los motores del planeta. No dudo que las familias coreanas pusieron el hombro para apoyar a su país, pero es indudable que el estado hizo muchas cosas bien. En Chile, el país menos estatista de América Latina, el estado y los particulares tienen la responsabilidad de mejorar sustancialmente la calidad de la educación si queremos que Chile participe verdaderamente de la economía moderna. En Chile la gente está expuesta a la realidad de que hay que ser productivo para vivir, pero nadie parece querer enfrentar la otra parte de nuestra realidad: como país chico y alejado de nuestros socios importantes, de aquellos que contribuyen sobremanera al mundo moderno y a los avances tecnológicos, lo único que nos va a salvar va a ser la excelencia productiva que se logra con una fuerza laboral de altísima preparación. Ya somos un país caro para el entorno. No somos grandes como México o Brasil como para imponer leyes que fuercen a Siemens o a Toyota a instalar una fábrica en el país si quieren acceso al mercado de más de 100 millones de personas. Estoy convencido de que ese tipo de leyes son perjudiciales para los países receptores porque crean una idea falsa de avance e industrialización y retrasan los cambios beneficiosos y necesarios en nuestras sociedades. Pero si Chile ha podido salvarse de las malas ideas de brasileros y mexicanos, la otra cara de la prosperidad chilena de los últimos 30 años es que demasiados chilenos parecen creer que vamos a llegar al desarrollo vendiendo manzanas Y NADA MÁS. En Chile lo llaman "la vía escandinava al desarrollo" y convenientemente se olvidan de que Escandinavia nos da 400 vueltas en educación, en ingeniería, en desarrollo de todo tipo. En otras palabras, es cierto que los noruegos venden petróleo y los finlandeses venden árboles; pero no es todo lo que venden. Esas sociedades están entre las mejores preparadas en el planeta. No hay comparación posible.

Me disculpo por lo largo de este comentario. Este es uno de los temas que más me importa y es aquí donde me explayo.

Sergio

4 comments:

  1. ¡Muy bueno!
    Me temo que lo único que nos queda es la (indigna) 'dignidad' articulada del relato botóxico-chavocastrista.

    ReplyDelete
  2. Raquel, cuando terminemos de comernos el capital que hace posible el jolgorio duhalde - kirchnerista, seguramente surgirá algún otro relato que lo reemplace. Nos encanta vivir así, de teoría conspirativa en teoría conspirativa.

    ReplyDelete
  3. Muy buen comentario!

    A Espana le debemos el sistema "mercatil" que tan bien describe Alberdi.
    Que hoy sigue vigente, con mas fuerza que nunca de la mano de la murga que domina este pais.

    El gran error de Alberdi fue pensar que necesitabamos unos 100 anos para sacarnos esa plaga intelectual de encima.Vamos para 200 y deben faltar oros 100.
    saludos
    ramon cassino

    ReplyDelete
  4. Todo bien, Sergio, un placer leer tus comentarios.

    Estoy de acuerdo en muchas cosas, pero no sé si Corea es un ejemplo que podamos seguir.

    Para empezar, fue un país devastado por la guerra, dependiente de EE.UU. para su defensa y muchas otras cosas y con la tradición oriental del respeto a la autoridad. Ahí sí un grupo de dirigentes con las ideas claras y consecuentes pueden lograr resultados de largo plazo.

    Todas estas cosas son ajenas a Latinoamérica. Siempre digo que la Argentina necesita una derrota como la de Japón en 1945 para cambiar, o una guerra como la de Corea.

    No digo que no se pueda o no se deba hacer algo para mejorar la calidad de la educación pública, pero tampoco se puede esperar mucho de ella. Ése es para mí el error, aunque mejorases notablemente la calidad de la educación pública, las cosas no cambiarían mucho.

    En Buenos Aires tenés a los adolescentes de colegios privados que abren un chocolate e inmediatamente arrojan el envoltorio en la vía pública. ¿Cómo se arregla eso? Y es un síntoma de cosas mucho peores y dañinas.

    El ideal (imposible) de la administración de la educación pública son los bonos de Milton Friedman, en el que todas o casi todas las escuelas privadas y los padres eligen a qué escuela envían a sus hijos. Lo único que funciona es la competencia. Escuela mala, escuela que quiebra.

    En Argentina es clarísima la diferencia entre escuelas privadas y públicas, y los costos de las escuelas privadas, muchas están subsidiadas, son muy semejantes a los de las públicas.

    ReplyDelete

Note: Only a member of this blog may post a comment.