Marianito quedó deslumbrado con una frase matadora de Fernando Cardoso. Resulta que la globalización no es una maldición ni una bendición sino, más bien, una oportunidad.
Digo yo, perdón por mi ignorancia, una oportunidad en la vida, ¿no constituye una bendición? ¿Acaso seguimos creyendo que existen soluciones mágicas o sistemas que por su mera aplicación automáticamente van a solucionar todos nuestros problemas?
En serio, cómo habremos caído de bajo en Argentina que el ex presidente brasilero nos parece un estadista de una vision extraordinaria:
Cardoso vino a clasificar así a los gobiernos latinoamericanos en dos grupos bien definidos. De un lado están aquellos como los mencionados, además de Perú, Uruguay y varios gobiernos centroamericanos, que ya han empezado a recorrer la senda de los países asiáticos. Del otro lado están los gobiernos más o menos "chavistas", que insisten en anacrónicas demagogias de corto plazo, explotando irresponsablemente el poderoso sentimiento antinorteamericano que anida en la región. Si siguen como van, los países del primer grupo conocerán el desarrollo. Si siguen como van, los países del segundo grupo terminarán en una nueva frustración. A la vista de la peligrosa inclinación de los Kirchner por el grandilocuente Chávez, la clasificación de Cardoso debiera preocupar a los argentinos.
Al hablar de Chile, por otra parte, Cardoso hizo notar que el intenso desarrollo que está logrando el país trasandino no incluye una inclinación "industrialista". Esto excluye nuestra anacrónica división entre el campo y la industria, cuando lo nuestro debiera ser una renovada definición agroindustrial que explote en ambos sentidos, en forma complementaria, nuestro incomparable potencial.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.