Este muchacho escribe como los dioses:
"Cristina...para desalentar rumores de renuncia de Martín Lousteau, lo recibió en Casa Rosada, le hizo ordenar todos los papeles, y lo mandó a comprar Parliament largos, dos paquetes, box, justo los que fuma Guillermo Moreno."
Es un mostro.
ReplyDeletees una inspiracion
ReplyDeleteCuando sea grande quiero escribir como Todos Gronchos.
ReplyDeleteOK, quiero ayuda. Don Groncho alega que cuando casi nos vamos a las patadas entre hermanables de uno y otro lado de la Cordillera en 1978, fue Brasil y no el Vaticano quien calmó el asunto. Yo tenía entendido que el Vaticano y los Estados Unidos (que le pasaron la pelota al Papa recién elegido para que él arreglara el asunto) fueron los responsables de enfriar los ánimos, y además que Videla, con todos los defectos que haya tenido, nunca quiso una guerra con Chile, algo que no se puede decir de Galtieri, Menéndez, Lami y Suárez Mason (creo que tengo los nombres correctos de los dos últimos).
ReplyDeleteMi punto es que lo que a mí siempre se me dijo era que Chile se defendería, pero que no deseaba una guerra en la que se encontraba en seria desventaja aérea, por lo que terminaría siendo un conflicto largo, de infantería, con armadas parejas y donde al final todo lo decidirían los respectivos ejércitos. Esta es la tesis del programa de Informe Especial, "El año que vivimos en peligro," disponible en Youtube. Nunca había escuchado que fuera Itamaratí el responsable de evitar esa guerra. Creo que don Groncho se ha equivocado, pero quiero saber que opinan los opinadores aquí.
Sergio
Yo le paso la pelota a BlogBis en esta. Veamos que dice...
ReplyDeleteComo en todos estos casos es difícil tener la posta. Es cierto que Brasil terció en el asunto buscando evitar lo que tenía toda las chances en convertirse en lo que en Chile se conocía como "Hipótesis Vecinal 3" es decir, a Chile enfentado con Argentina, Bolivia y Perú, lo que demandaría la participación brasileña asumiendo su rol de lider regional.
ReplyDeleteSin embargo, no me quedan dudas que el principal rol mediador le cupo a la Iglesia, a partir de que justamente los sectores militares mas reacios al conflicto le dieron lugar. En cuanto a que USA haya tenido peso en las negociaciones, dudo.En ese momento ninguno de los dos gobiernos estaba en las mejores relaciones, y creo que a la administración Carter no le preocupaba ver pelearse a dos dictaduras.
Charles a lo mejor puede precisar más datos.
Voy a consultar a Charles, nuestro in house expert en la materia.
Coincido con Sergio. El verdadero artífice de que no llegásemos a una guerra con Chile fue el Papa Juan Pablo II que envió al Cardenal Antonio Samoré, veterano diplomático vaticano y que se partió el tujes presionando a Pinochet y a Videla hasta lograr un acuerdo.
ReplyDeleteArgentina y Chile tienen una deuda de gratitud eterna con Samoré.
En 1978 en Brasil gobernaba el Gral. Ernesto Geisel (1974-1979) quien era un exponente del ala dura del Ejército brasileño y seguidor de las doctrinas geopolíticas del Gral. Golbery de Couto e Silva, autor del libro Geopolítica del Brasil. En este libro, entre otras muchas cosas, Golbery sostenía que la frontera natural del Brasil con Argentina era el Río Paraná...
Pese a esto, Itamaraty no veía con agrado la posibilidad de una guerra entre Argentina y Chile porque, como bien señala Rubén, la posibilidad de una escalada bélica que involucrara a Perú y Bolivia preocupaba seriamente a Brasil.
Hay que recordar que Brasil estaba lanzado a un gran plan de desarrollo económico fundado en obras de infraestructura (represas, autopistas, energía atómica) que requería grandes recursos económicos y una guerra entorpecería seriamente este desarrollo.
El Canciller de Geisel era el Embajador Antonio Azeredo da Silveira, quien había sido Embajador en Buenos Aires antes de ser Canciller y conocía perfectamente el problema y a los militares argentinos.
El influyó decisivamente ante Geisel señalando que serían más los perjuicios para Brasil que los eventuales beneficios que pudiera obtener de una guerra entre Chile y Argentina.
De todas maneras, el hombre más importante y que evitó la guerra fue el cardenal Antonio Samoré.
YO (el enmascarado)
Coincido con el Enmascarado, la gestión de Samoré fue fundamental. Mucha gente que trabajó en la negociación con Chile no tiene una buena imágen del Cardenal porque este- fastidiado por las idas y venidas de nuestros negociadores (oficiales y oficiosos) que respondían a las tres fuerzas que normalmente no se llevaban bien-, manifestó en varias ocasiones que Chile era mucho más serio que la Argentina. Esa gente acusa a Samoré de haber sido pro chileno. Un importante periodista francés acreditado ante el Vaticano me dijo que Samoré murió por los disgustos que tuvo en la negociación.
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