Me gustó la columna de hoy de Marcos Aguinis en La Nación.
La Argentina puede hacer un culto al absurdo, pero nos encanta vivir así. Esto es lo nuestro:
A principios del siglo XX, se decía "rico como un argentino". A mediados de la misma centuria ya no éramos tan ricos, pero seguíamos a la vanguardia de América latina.
Éramos el país de la excelencia, de la excepción, de la cultura, de la esperanza. Ahora se dice que los nuevos argentinos de América son los chilenos.
Hasta hace unas cuantas décadas competíamos con Brasil. Se llegó a barajar hipótesis de conflicto entre los "dos colosos del Sur". Eso terminó. Ahora Brasil es una potencia mundial y nosotros nos hemos convertido en mendicantes de Venezuela.
Brasil no tenía carne para exportar, mientras que nosotros éramos los campeones del planeta. Ahora Brasil acumula 400 millones de cabezas y nosotros nos quedamos con un poco más de 50, igual que en los tiempos de Yrigoyen y de Alvear. Brasil recorta su enorme gasto público pese a sus avances en todos los rubros; nosotros lo aumentamos sin cesar, pese a los retrocesos, también en todos los rubros.
Excelente columna.
ReplyDeleteLa realidad es que a principios del S. XX el argentino medio era nacionalista y católico, y eso de alguna manera hacía que tiren para el mismo lado...Luego aparecieron dos epidemias nefastas: el peronismo y el progresismo de izquierda.
ReplyDeleteCarlos
Bueh
ReplyDeleteAcaso el nacionalismo catolico no es la base filosofica del peronismo?