May 22, 2008

Corporativismo prebendario del bueno

Este fin de semana nos visitaron unos amigos brasileros. La charla indefectiblemente terminó en política, Lula y su gestión.

Como es de suponer, la visión del Brasil de Lula es mucho más glamorosa desde afuera. Fabiano no está tan convencido y no se cansa de hablar sobre los casi diarios escándalos de corrupción y de la increíble inoperancia del presidente brasilero.

Él se queja de que Lula se la pasa haciendo la plancha y mandándose la parte de estadista internacional. Yo particularmente creo que no hacer nada es lo mejor que puede hacer por su país. Por otro lado, es muy triste, pero por comparación con el resto de la región, el muchacho (o garoto en este caso) adquiere una estatura política inusitada.

Yo insisto con que Brasil no es el mejor ejemplo a seguir para un país como Argentina. Hablábamos de la extraordinaria corrupción y monumental impericia de las empresas públicas como Petrobrás que, cuando descubre un yacimiento sale en todos los medios como un logro extraordinario, pero nadie dice nada de la morosidad para explorar otras áreas ni de los costos en los que incurre, coimas incluidas.

Me contaba de las geniales inversiones automotrices que consiguen los estados brasileros. Las empresas reciben prebendas vergonzosas de los tres niveles de gobierno: 20 años de exenciones impositivas, el estado contribuye con gran parte contante y sonante de la inversión y financia el resto a tasas viles, terrenos prácticamente gratuitos y demás joyitas. Las coimas corren como desodorante en barra en bailanta.

A final de cuentas, una inversión que sale en los titulares de los diarios como de 100 millones de dólares para producir autos en Brasil termina costándole a la sociedad de ese país 200 o 300 millones.

Todo lo anterior sin tener en cuenta que en muchos casos se trata de modelos específicamente diseñados y producidos para el tercer mundo, que se venden a precios exorbitantes.

Pero, para el Gran Medidor de Dignidad, o Dignidómetro, Brasil es una Potencia Industrial en donde 40 millones de personas tienen ingresos equivalentes a los de Bélgica y los otros 141 millones viven como en Haití.

6 comments:

  1. Brasil no es un ejemplo de nada. Sirve sólo como punto de referencia para vernos al espejo los argentinos y darnos cuenta que las cosas siempre pueden estar peor.

    Años de vacas gordas que hasta un país de tercera como Brasil no desaprovechó. Para nosotros: otra oportunidad perdida.

    Y van...

    ReplyDelete
  2. El repugnante modelo brasilero es lo que la mayoría de los argentinos querría seguir, y ni eso nos sale.

    ReplyDelete
  3. Brasil es ejemplo de lo que no se debe hacer, es uno de los países proteccionistas del mundo. Por eso no sorprende la abismal concentración de riqueza en pocos ciudadanos y que el resto viva como en África. Y también por algo será que el narcotráfico anda vivito y coleando, dada la gran disponibilidad de mano de obra para esta actividad proveniente de las personas más pobres.

    Distinto sería si se aplicase todo lo contrario al proteccionismo...A lo mejor no estaríamos viendo mucha gente hacinada en favelas.

    Parecido a lo que pasa acá: un modelo proteccionista que genera riqueza para unos pocos y para la mayoría...la pobreza.

    "A diferencia com o Brasil é que lá as políticas populistas sao aplicadas com mais eficiência".

    Andrés

    ReplyDelete
  4. Me imagino la cara de embole de los chicos y de tu seniora mientras hablaban de Brasil. No habia un tema mas divertido para compartir en la mesa?

    ReplyDelete
  5. Cristian, yo soy facho full time.

    En serio, La Opinadora es economista y le interesan mucho estos temas. Los chicos jugaban en el jardín.

    ReplyDelete
  6. Seguro que una sobremesa discutiendo "Das Kapital" o el último tomo de Chomsky sería mucho mas excitante. Los chicos largarían la playstation y vendrían corriendo a la mesa a escuchar.

    ReplyDelete

Note: Only a member of this blog may post a comment.