May 21, 2008
El muerto se ríe del degollado
La polémica que nuestra súper héroe presidenta Kristina mantuvo con los representantes de la Unión Europea de la semana pasada en Lima fue muy ilustrativa:
Durão Barroso le reclamó al bloque sudamericano que abra sus mercados de industria y servicios si quiere más penetración de sus productos agrícolas y agroindustriales en Europa. Y Cristina Kirchner le respondió que está dispuesta a reducir los aranceles a la importación industrial, pero no tanto como pide la UE porque eso acarrearía más pobreza.
"Esto se está planteando como si fuera un maniqueísmo, de un sí o un no. La cuestión está en el quántum", advirtió Cristina Kirchner, que ejerce la presidencia del Mercosur.
...
"Hay que reconocer las asimetrías, las diferencias de desarrollo de los bloques. Si no, este ejercicio diplomático que hicimos ayer [por anteayer] durante 24 horas de hablar de pobreza e inequidad, habría sido inútil porque al final terminamos discutiendo condiciones que traerán más pobres y más víctimas."
Durão Barroso formuló un fuerte planteo a Cristina Kirchner: "Los países del Mercosur tienen mucho que ganar en agricultura, pero no van a ganar eso si no hacen concesiones en el ámbito industrial y de servicios... eso debe quedar claro"
Cristina Kirchner aclaró que el bloque sudamericano no podía entregar lo mismo que el europeo, dado su desigual grado de desarrollo. "Aparentemente, puede parecer que los dos entregan lo mismo, pero hay que ver cuánto representa eso para cada parte, según los tamaños de las economías y las condiciones sociales."
Esto es para los que dicen que los K son unos improvisados sin "ideología". La terrible sombra de Prebisch sigue pululando y destruyendo el futuro de América Latina.
¿Qué mejor que un economista que nos aporte un fundamento teórico de por qué somos una porquería? Pues claro, por el continuo deterioro de los términos de intercambio de las economías periféricas ya que la demanda de productos manufacturados crece mucho más rápido que la de materias primas. ¿Qué mejor que una teoría que les brinde a los políticos una razón para andar (y desandar) a su antojo en las economías de sus países? ¡La política de sustitución de importaciones! Ni qué hablar de lo felices que nos ha hecho en cuanto a Dignidad Nacional, que se mide en autos "fabricados", locomotoras, hornos siderúrgicos, líneas aéreas y navieras de bandera, pozos petroleros con banderitas, etc. etc.
No importa cuántos desastres haya traído la política en cuestión, cuánta pobreza, cuántos fracasos, cuánto atraso. Algo que nos haga sentir que estamos mal por culpa de los poderosos (extranjeros ricos) y que vamos a salir mediante el estricto control de políticos y burócratas expertos, tiene que ser bueno.
Los europeos discuten, pero en el fondo no tienen ninguna intención de eliminar sus subsidios agrícolas. Pero, hasta cierto punto, ellos pueden hacerlo, pues son ricos.
Nosotros vamos a seguir siendo pobres, porque creemos que abrir los mercados de servicios (en manos de nuestras heroicas burguesías nacionales) y nuestras industrias de prestigio que ni siquiera aspiran a ser competitivas algún día, llevaría a que los ricos sean más ricos, los pobres, más pobres y los políticos, menos ricos.
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Lo que hizo Prebisch fue darle un supuesto marco teórico a una vieja y muy arraigada tradición mercantilista en la región. Esas tendencias ya existían desde mucho antes de la aparición de ese personaje nefasto y la CEPAL.
ReplyDeleteClaro que sí, pero sin Prebisch y sus amigos serían eso, mercantilismo del siglo XVIII. Difíciles de sostener.
ReplyDeleteSerían sólo zonceras de Jauretche.
Tuve que tomar una clase de Economía en mi facultad (UNT). De Adam Smith leímos una página. Prebisch, en cambio, es venerado. Es casi Jesús.
ReplyDeleteAsí nos va.
Muchos adoran a Prebisch del lado de los Caínes también. Lo que nos salvó fue un gobierno militar más inteligente que el promedio de la zona y unos civiles ilustrados que no le tuvieron miedo a trabajar con los prusianos con tal de poner sus ideas en práctica. Y el tamaño. El tamaño hace mucho. Argentina, que tiene casi 40 millones de habitantes y en donde por los menos 38 millones están seguros de ser el centro del universo, se rehusa a renunciar a su actitud de "grande." Lo que dijo hace poco un ministro brasilero ("Brasil no puede renunciar a su grandeza") es perfectamente aplicable a Argentina y a la gran mayoría de los argentinos. Y es aún más falso.
ReplyDeleteLos Caínes, aunque quisiéramos, no podríamos ser así: 16 millones, forma de tripa, y más pequeños que todos nuestros vecinos. Tuvimos suerte en que realistas estuvieron a cargo del barco nacional por un buen tiempo y la población entendió que fabricando nuestros autos y nuestros televisores sólo teníamos el espejismo de la industrialización, ya que esos productos no podían competir en el extranjero y eran demasiado caros para el cautivo consumidor local.
Países como México y Brasil se pueden dar el lujo de afirmar sus industrias en el mercado local enorme que tienen, protegiéndolas con aranceles. Es ineficiente a la larga y la realidad tarda más, pero llega igual. Chile, con una pequeña dosis de realidad, no pudo ni puede darse esos lujos. Argentina es mucho más pequeña que Brasil y México y más ineficiente que ambos. La dosis de realidad que necesita es mayor que la de Chile, pero con algo de suerte la recibirá pronto.
Sergio