Alguna vez dije por acá que el Néstor gobierna al país con actitudes de pendeja histérica en mal momento del mes. Hoy Jorge Ávila me da la razón:
La Sra. Presidente de la Nación necesita ser el centro de la atención. Pero no por sus definiciones económicas y de política internacional, que son difusas y contradictorias la mayoría de las veces, sino por sus vestidos y conducta poco convencionales. A Cristina le cae justa la definición del "marxista rococó" de Tom Wolfe, el escritor de EEUU que visitó el país hace poco: el marxista rococó no quiere cambiar el mundo, sólo quiere una tribuna para mostrar su indignación moral.
Lo triste del caso es que la Argentina se parece mucho a la Sra. Cristina. Se distingue en la comunidad de naciones más por sus transgresiones que por la claridad y firmeza de sus definiciones. La Argentina también es una teenager. De golpe se ha indignado con una Presidente a la que premió con el voto hace apenas siete meses, por la mera razón de que persevera en una política que aplaudió sin rubor durante cuatro años y medio. De todos modos, felicito a la Argentina por su indignación. Mejor tarde que nunca.
Mientras tanto, esto pasa en otro país de Sudamérica:
ReplyDeletehttp://www.elcato.org/node/3330
Impresionante.
ReplyDelete