Hace unas semanas Manuel Solanet sostenía que con el peronismo el país no tiene salida. Pero, a juzgar por lo hecho hasta ahora, Kirchner se va a dar maña para terminar de desquiciar hasta ese partido:
Sin embargo, la capacidad destructiva del kirchnerismo es también eficiente para lograr su propia autodestrucción. La creación del conflicto con el campo es una obra perfecta en ese sentido. La declaración contra el agro emitida por el Partido y leída por Jorge Capitanich con tono heroico, exponía el más rancio enfoque de nuestro progresismo marxista. Allí se calificaba la reacción del campo como un intento golpista del capital concentrado, siguiendo el clásico encuadre de la lucha de clases. Resultaba clara la similitud de esa declaración, con el documento de apoyo al Gobierno que un grupo de intelectuales de izquierda había emitido pocos días antes. La mano “entrista” de los Verbitsky, los Kunkel o los Zannini operó en el lápiz justicialista. Sin duda un sapo duro de tragar para el peronismo tradicional y para gran parte de quienes desde el Consejo del partido no querían que su obsecuencia llegara hasta ese punto.
Ya no es el peronismo ni los K. La oposición es lo mismo, a lo sumo con maquillaje.
ReplyDelete