Ya traté varias veces por acá el tristísimo enamoramiento de Joaquín Morales Solá, periodista independiente si los hay, con el kirchnerismo. En realidad, la sensación que me queda es que el muchacho, como tantos otros argentinos, ama el autoritarismo populista y apoyaría a cualquier gobierno dispuesto a ponerlo en práctica.
El romance duró, con altos y bajos, hasta no hace mucho más de un año. En el camino, Joaquín aparentemente se dio cuenta de que Kirchner y sus secuaces no eran más que vulgares ladrones de gallinas, saqueadores de cementerios, el equivalente político de los muchachotes autores de las salideras bancarias a los jubilados, y que el “modelo” kirchnerista no era otra cosa que la aplicación a nivel nacional del régimen que sufre la provincia de Santa Cruz desde hace décadas.
Moralito Solá viene demostrando su despecho in crescendo en sus columnas en La Nación desde hace varios meses. La de hoy tiene ribetes confesionales.
¿Aprendió la lección? ¿Se dio cuenta de que el problema no es Kirchner sino el socialismo nacionalista? No lo creo. Sin duda, seguirá esperando la próxima reencarnación que seguramente saldrá bien.
El problema de la Argentina es que ante la contínua decadencia, la gente cada día ve más la salida en un caudillo fuerte salvador.
ReplyDeleteEsa es nuesta maldición, el caudillismo está más fuerte que nunca. El centralismo es sagrado.
Todo el mundo estuvo contento con la actuación del congreso en el tema de las retenciones, pero sólo porque les empezaron a caer mal Néshtor y
Kristina.
blogo, lamento decirte que hasta yo empiezo a pensar eso, el congreso con el tema de aerolineas y demas me decepciono. el populismo es el mismo de siempre, intacto y mas presente que nunca.
ReplyDeleteNo se puede culpar a los políticos por responder a la voluntad popular, ése es su trabajo.
ReplyDelete¿Qué voluntad popular? Aparentemente, nadie los votó.
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