Juan José Sebreli hace un análisis muy interesante de los “intelectuales k” y su inspiración. Vale la pena leerlo.
Qué les puedo decir, no se puede creer a esta altura del partido:
Pero el verdadero pensamiento de los intelectuales K es muy difícil de desentrañar dado que la prosa de Laclau y sus continuadores es críptica, comprensible tan sólo por una elite de iniciados, extraña opción para quienes se proponen “la construcción de un pueblo”, “la constitución de un nuevo sujeto político”. El estilo de Laclau está empedrado de indefinidos plurales: “Ideales emancipatorios”, “prácticas articulatorias”, “materialidades de la estructura discursiva”, “especificidades del vínculo hegemónico”, que traen el eco del barroco krausista-yrigoyenista. Con esa misma jergosidad academicista están escritas las proclamas de los intelectuales K y con la retórica hermética de sus papers o sus tesis universitarias hablan en los medios de comunicación. Más que declaraciones políticas parecen ser ejercicios de estilo. El alambicamiento sustituye a la argumentación y a la ausencia de datos objetivos. La oscuridad oculta la trivialidad y anacronismo de consignas que compañeros de ruta menos sutiles como Luis D’Elía reducen a antagonismos simplistas como pueblo-oligarquía y patria-colonia.
Siempre sostuve que detrás del lenguaje ininteligible de algunos "intelectuales" no se esconde otra cosa que la ausencia absoluta de contenidos. Quien verdaderamente tiene algo para decir, lo hace de forma tal que pueda ser comprendido por los demás. Los autores verdaderamente importantes siempres escribieron en un lenguaje accesible.
ReplyDeletePor el contrario, los sanateros que no tienen nada para decir, a lo único que pueden recurrir es al barroquismo y la oscuridad del lenguage, para disimular su falta de ideas.
A veces, como abogado, recurro al lenguaje obtuso para no evidenciar la debilidad de un argumento. Pero es un recurso de última instancia, y por cierto no me hace merecedeor del mote de "intelectual".