El domingo Montreal se convirtió en una sucursal de Paris. No sólo por un idioma y manía persecutoria en común sino por los disturbios masivos.
El sábado la policía abatió a un chico de 18, de origen latino por el apellido, en un episodio no muy claro. La familia inmediatamente lo atribuyó a racismo. Y el sector de Montreal Nord se prendió fuego. Saqueos, ocho automóviles incendiados, policías heridos en los mayores disturbios de la historia de la ciudad.
Hay muchísima gente indignada, entre ellos no pocos propietarios de comercios saqueados, por el pedido de disculpas del intendente y jefe de policía. Sostienen que todavía no saben qué pasó pero ya por las dudas piden perdón.
¿No habrán sido manejados por Duhalde?.
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