Sensibilidades artísticas

Hace unas semanas el gobierno de Harper anunció una serie de recortes, por un monto de unos 45 millones de dólares, a los subsidios del gobierno federal a las “artes”.

Como es de imaginarse, los artistas de Québec están que escupen veneno. Tal vez esté equivocado, pero me parece que la reacción a los recortes es mucho más marcada en esta provincia. Muy probablemente porque se trata en muchos casos de recortes de fondos de programas específicos para la difusión del “arte” en francés o porque las “artes” de Québec dependen mucho más de los subsidios del gobierno federal que en otras provincias. O tal vez la gente acá sea más crybaby.

La perrada artística salió con los tapones de punta a criticar a los conservadores y acusarlos de “Indiferencia por el Arte”. En uno de los episodios más hilarantes, hace unas semanas en un acto de repudio en Montreal un compositor quebeco comparó a Harper con Hitler. Muy probablemente el muchacho sea muy ducho en música pero de historia poco o nada. El régimen nazi fue un entusiasta sostenedor de las "artes". Siempre y cuando se tratara de las "artes" políticamente correctas de la época.

Hace unos días escuchaba el discurso de una artista quebeca exigiendo a Harper el restablecimiento de los 45 millones de subsidios. Esta mujer sostenía que ellos eran un grupo “extremadamente creativo”. Pero aparentemente no tan creativos como para dejar de depender de fondos públicos.

En fin, todo muy trillado y visto tantas veces que aburre. Los “artistas” son una corporación como cualquier otra y luchan por mantener sus prebendas como cualquier otra. ¿Por qué los contribuyentes canadienses tienen la obligación de mantener manifestaciones artísticas con las cuales no se sienten identificados o que no son de su gusto y paladar?