Hora referí!

1, 2, 3, 4 días y tenemos nuevo presidente del mundo. Los demócratas nos dan como opción una cara nueva que quiere representar el cambio. Y el país está sediento por un cambio. Cambio no es necesariamente bueno, sobre todo cuando el hombre que proponen tiene poco y nada de experiencia, y lo poco que se vislumbra de su pasado no es nada alentador para quienes pensamos que Estados Unidos se convirtió en la última y gran esperanza de la humanidad a pesar del estado, y no gracias a él.

Sin embargo, quienes pensamos que las instituciones de esta gran nación no pueden ser atropelladas de la noche a la mañana como sucede en las repúblicas bananeras, guardamos la esperanza que Obama será el moderado de los últimos meses de la campaña y no el pseudo-socialista de sus comienzos. Peggy Noonan, republicana de pie a cabeza dice hoy:

The case for Barack Obama, in broad strokes:

He has within him the possibility to change the direction and tone of American foreign policy, which need changing; his rise will serve as a practical rebuke to the past five years, which need rebuking; his victory would provide a fresh start in a nation in which a fresh start would come as a national relief. He climbed steep stairs, born off the continent with no father to guide, a dreamy, abandoning mother, mixed race, no connections. He rose with guts and gifts. He is steady, calm, and, in terms of the execution of his political ascent, still the primary and almost only area in which his executive abilities can be discerned, he shows good judgment in terms of whom to hire and consult, what steps to take and moves to make. We witnessed from him this year something unique in American politics: He took down a political machine without raising his voice.

A great moment: When the press was hitting hard on the pregnancy of Sarah Palin's 17-year-old daughter, he did not respond with a politically shrewd "I have no comment," or "We shouldn't judge." Instead he said, "My mother had me when she was 18," which shamed the press and others into silence. He showed grace when he didn't have to.

Obama tiene en sus manos una oportunidad histórica: devolverle a esta nación las herramientas para salir de la crisis de confianza en la que hoy se encuentra. No es un dato menor que de ganar, se convertirá en el primer presidente negro de la historia, ni tampoco que el primer presidente negro no será un graduado de la patética escuela de Jesse Jackson y tantos otros líderes que parasitan la idea de "mirame, soy la Gran Víctima del sistema." Obama salió de la gran escuela americana que tanto nos enorgullece a los que adoramos a esta gran nación, esa en la que -parafraseando al mejor presidente del siglo XX- our origins matter less than our destination. Obama superó las dificultades de una infancia sin padre y con méritos abrió las puertas de las mejores universidades del mundo. Sólo hay un país en la tierra que ofrece este tipo de oportunidades, el país en el que el origen importa menos que el destino.

Claro, podría yo tener que comerme estas palabras. Para eso están los archivos del blog. Espero no sea este el caso. Las cosas podrían ser trágicas con la elección de Obama. Prefiero mantenerme en la senda optimista por ahora.

McCain es otro caso de un político extraordinario. Un héroe por donde se lo mire. Su plataforma es indudablemente más atractiva para quienes suscribimos a las ideas del libre mercado. Pero una garantía? Para nada.



Se viene una elección histórica. Sea quien sea el martes, se vislumbran tiempos difíciles en el horizonte. Ni John ni Barack van a salvar o hundir el país. Los dos tienen, además de potencial, una carta de confianza que vence en cuatro años. Es en el ejército de Joe the plumbers donde deposito mi confianza. Los Joes son conocidos por patear fuerte el trasero.

A ajustarse los cinturones... sólo 4 días más!