Nov 13, 2008

El síndrome de Peter Pan

La señora de Mamaní, salteña, nos dictaba una de las materias pedagógicas extracurriculares pero obligatorias en la universidad.

Tenía compañeros muy antisociales a los que los tenía un poco cansados y la habían apodado “señora de Mamameamí”. Que conste que jamás condoné esa falta de respeto a una docente y luchadora social comprometida con la realidad latinoamericana.

Como solía ser muy común durante los febriles 80, la señora de Mamaní dedicaba enormes y crecientes porciones de sus clases al adoctrinamiento político. Eso sí, como tantos otros docentes, era de los que tenía dos (y hasta tres) cargos de dedicación exclusiva.

Doña Mamaní sostenía que absolutamente todos los problemas de la Argentina (y de Latinoamérica y del mundo) habían sido causados por “los yanquis”. Todo problema que haya tenido, tenga o pueda tener el país era culpa de “los yanquis”. Por acción o por omisión. Si hacían porque hacían, si no hacían porque no hacían. Estaba convencida de que EEUU había sido creado con el motivo expreso y exclusivo de garcarle la vida al resto del planeta.

Si “los yanquis” invertían en el país, se llevaban nuestras riquezas. Si no lo hacían, no les interesaba nuestro bienestar. Si no habían hecho nada para detener los abusos del último gobierno militar, no les interesaban los derechos humanos. Si, en cambio, intervenían como en Granada, se trataba de una inaceptable intromisión en los asuntos internos de los países de la región.

“Los yanquis” eran ricos y nosotros pobres porque se robaban sistemáticamente “nuestras riquezas”. Todos los golpes de estado de la historia del país habían sido causados por "los yanquis". A partir de James Madison, todos los presidentes yanquis se levantaban todos los días a las cinco de la mañana para ver cómo podían perjudicar al país. “Los yanquis” eran exitosos porque “tenían mucha suerte” de que todo siempre les salga bien.

El nombre de la materia que dictaba la señora de Mamaní era Psicología del Adolescente. Durante las primeras semanas del curso, enumeraba una por una las características del pensamiento adolescente. Entre las primeras que mencionaba estaba la tendencia entre las personas de esa edad a creerse el centro del universo, a considerar que su problemática es especial y constituye una excepcionalidad absoluta y a culpar a los demás por los fracasos propios. No se cansaba de repetir que una de las señales inequívocas de superación de la adolescencia pasa por la aceptación de la responsabilidad plena por nuestras vidas.

Cualquier parecido con la vida real es pura coincidencia.

3 comments:

  1. Es idéntica a mi profesora de Psicología Evolutiva y Educacional, y parecida a las de Didáctica, aunque las de didáctica todavía creen que el alumno y lo que hace se explican siempre porque es una víctima del sistema capitalista.

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  2. Muy bueno! Tuve profesores así toda la vida. Son una plaga.

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  3. Por suerte Louis, yo tuve a otra (Alves, sino me equivoco), nunca habló de política, era excelente. Mrs. GA.

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