Pocas veces como ayer

De los recomendados de Rosenwasser, la columna de José Escribano en La Nación de ayer. Muy relacionado con lo que comenta Ramiro en su post.

Yo sigo creyendo que es un error plantearlo en términos racionales. Se trata de una cuestión visceral, testicular, mucho más ligada a las hormonas que al intelecto:

Pocas veces como ayer hubo tantas razones aunadas para que los argentinos comiencen alguna vez a reflexionar sobre si están realmente conformes con su papel de constituir una de las sociedades del orbe más desafectas con lo que representan los Estados Unidos. Hace mucho tiempo que las encuestas de opinión son coincidentes en ese punto.

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Pocas veces ha sido más lamentable un hecho de nuestra política exterior que el de esa Argentina cortejando al dinosaurio de la revolución castrista. Nunca más lucido el papel del presidente Lula, por la sola circunstancia de haberse encontrado en el lugar exacto que correspondía ayer en Washington a un gran país latinoamericano.