De la sección “comentarios que ameritan un post”, el Profesor Julio:
El adoctrinamiento educativo es tan liberticida como imponer la educación religiosa.
En Argentina -y también en Estados Unidos, y en casi todo el mundo, pero especialmente en nuestro país-muchos aspectos de la educación –no sólo la pública, sino la privada- están estatizados: los planes de estudio son trazados por los ministerios de educación; los "contenidos mínimos obligatorios" conforman una abrumadora mayoría de las horas de clase que se dictan; la ideología de los funcionarios y burócratas de la educación –casi sin excepciones, hostil al capitalismo-prima sobre los derechos e intereses de los padres. Las instituciones privadas de enseñanza tienen muy limitada su libertad de brindar contenidos nuevos, distintos, o que contravengan la "religión oficial".
Ya es lejana en el tiempo la polémica acerca de la educación católica en las escuelas públicas. Se ha considerado, con toda razón, que no se puede imponer una determinada creencia a los que tienen otras, o carecen de ellas. Pero nunca se piensa que imponer como contenido obligatorio las ideas o ideologías de los funcionarios del Ministerio de Educación es también una forma de "enseñanza religiosa". Una religión atea y muchas veces antirreligiosa, pero con sus dogmas, sus excomulgados, sus satanes y sus "vade retro", que se impone a los niños y adolescentes sin importar las creencias o ideas de los padres. Refiriéndose al horrible experimento de ingeniería social que fue la Unión Soviética, decía Albert Camus, que no era precisamente un panegirista del capitalismo, "…esta fe activa en los representantes de la verdad es la única que puede salvar al súbdito de los misteriosos estragos de la historia…la utilidad directa de esta noción consiste en impedir la indiferencia en materia de fe. Es la evangelización forzosa…la culpabilidad no está ya en el hecho, sino en la simple ausencia de fe…".
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