Insisto, lo digo yo acá y queda perdido en algún rincón del blog, lo dice Don Sanguinetti y lo consideran un eructito:
Mientras en los templos y las escuelas se cultive el odio al pueblo judío, no habrá paz verdadera. Hace ya muchos años, cuando aún no teníamos a los ayatolás gobernando Estados nacionales, Golda Meir dijo que sólo tendrían paz con los árabes cuando ellos quisieran a sus hijos más que lo que odian a los judíos.
Todo lo demás es una consecuencia de esta situación. En estos mismos días, en los que alentamos, por lo menos, una tregua duradera, ¿cómo se puede instalar un diálogo cuando una de las partes sostiene la desaparición de la otra?
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