Hace unos días lo comentaba Rothbard, hoy lo leo del Profesor Ávila: se viene el manotazo a los bancos.
No hay caso, no aprenden más:
En abril de 2001, hace apenas ocho años, el ex-ministro Cavallo maniobró para que el ex-presidente De la Rúa despidiera a Pou de la presidencia del BCRA, metió el euro en la convertibilidad y obligó a los bancos a aceptar un bono por u$s 2.500 millones sobre sus encajes. La suerte de la convertibilidad y de los bancos quedó, en ese trágico mes, sellada. El corralito fue una consecuencia prácticamente inevitable. En un clima de alta incertidumbre como el de entonces cualquier chispa podía desatar el incendio de una corrida bancaria. Nadie quería recibir un bono cuando venciera su depósito.
La actual situación es distinta, sobre todo, porque los depósitos bancarios son mucho menores que en 2001. Pero el camino se hace al andar. El mismo lunes 6 vi gente muy previsora que cancelaba depósitos y contrataba cajas de seguridad. Si bien circula el rumor de que la AFIP podría abrir las cajas, la gente tiende a creer que ese acto extremo, comparable a la expropiación de la casa o el auto de la familia, es improbable.
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