¿Se acuerdan del caso en Québec en que una niña de 12 años demandó judicialmente a su padre por prohibirle salir en castigo?
Hoy me entero que el padre también perdió la apelación del caso. Parece que ahora iría a la Corte Suprema de Canadá.
Por supuesto, después de todo esto no quiero ni imaginarme cómo queda la relación entre la hija y el padre.
El mensaje no puede ser más nefasto. Vuelvo a repetir, no sé qué piensan Ramiro y el Profesor Julio:
¿Un hijo lleva a un padre ante la justicia por un tema como éste y la justicia se lo toma en serio?
¿Es materia judiciable? Me hace acordar a los alumnos aplazados en Argentina que pretenden aprobar los exámenes por vía judicial.
El mensaje es muy claro: la patria potestad de los niños es del estado, no de sus padres.
No es tanto una cuestión legal, el derecho en todos los países del mundo te da los instrumentos para desestimar la cuestión al momento de ser planteada. Es más bien una cuestión sociológica: como un juez puede interpretar la norma de ese modo sin que nadie diga nada? Es ese el rumbo que nuestra sociedad está tomando?
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