Eficiencia estatal

Noticia del diario local de hoy, equivalente al del domingo en Argentina.

Un estudio demuestra que la informatización de las historias clínicas permitiría a médicos y enfermeras atender un 20% más de pacientes.

Ustedes se preguntarán cómo puede ser que en un país como Canadá, con ingresos por habitante de unos 32 mil dólares por año, la información de salud no esté en formato electrónico. Después de todo, obras sociales como Medicus ya disponía de un sistema electrónico en Argentina en 2003.

Les cuento cómo funciona el sistema de registros médicos en el año de Nuestro Señor 2009 en el maravilloso servicio de salud socializado solidario, que privilegia a los pacientes sobre el vil lucro.

Por ley, los médicos y enfermeras están obligados a completar las historias clínicas a mano. Sí, con lapicera Bic en unas hojas pedorras que se agregan a las clásicas carpetitas marrones con esas tiritas de metal que se doblan para engancharlas. En el mejor de los casos, en algunos lugares después escanean la información para que quede en formato electrónico en el sistema.

Los médicos y enfermeras deben destinar de 10 a 15 minutos por paciente para completar la información a mano. Cada paciente tiene una carpeta de varios centímetros de espesor, con agregados y hojas abrochadas que cuelgan por todos lados. Esas carpetas son trasladadas físicamente de lugar de lugar de atención a lugar de atención.

Supongamos que la última vez que los atendieron fue en un hospital y la próxima vez será en un centro local de atención primaria. El sector administrativo del hospital manda físicamente la carpeta del paciente a la clínica, generalmente por taxi o en una camionetita.

Según me explicaron, la ley que obliga a mantener los registros en papel existe para proteger la confidencialidad de los pacientes. Creo que no hay que ser un experto en el área para darse cuenta de que mantener la información en formato electrónico otorgando acceso por usuario y clave es infinitamente más seguro que mandar la carpeta con la historia clínica del paciente en un taxi.