Es sorprendente cómo la gente no tolera la libertad en la mayoría de los ámbitos, excepto cuando se trata de sus hijos. Los nenes pueden hacer casi todo lo que se les dé la gana, y una vez más terminó mal:
"A los 12 murió manejando en la ruta"
PD: la frutilla es que la madre que le prestó el auto era "docente"... qué futuro.
No se puede creer, como el remisero de 17 años.
ReplyDeleteLa noticia es una tragedia, pero la forma maquiavélica de presentarla y de comentarla por parte tuya hace parecer a Chiche Gelblung como una monjita.
ReplyDeleteRuben, por que le cuentas a todo el mundo de tu verga tiesa, no te pasa muy a menudo, no?
ReplyDeleteAnónimo, vamos a ver si te entiendo bien, ¿a vos te parece normal que maneje un chico de 12 años?
ReplyDelete¿Manejando un auto a los 12 años? ¿A dónde está la responsabilidad de los padres? Ya sé: poner orden está mal visto.
ReplyDeleteAndrés
Susana: Lo charlamos en casa.
ReplyDeleteLouis: Te respondo. Dije que la noticia era una tragedia, está claro que me parece muy mal que maneje un chico de 12 años. La mención y conclusión llevada a cabo por Uds. respecto a la profesión de la madre y el supuesto futuro que nos espera por ello es, por lo menos, innecesaria y sectaria.
Anónimo, vamos a ver si te entiendo bien, ¿los padres no son responsables de las acciones de sus hijos menores? ¿Los padres no sabían que su hijo de 12 años manejaba?
ReplyDeletePero la tragedia no es la muerte del chico (esa es la consecuencia), la verdadera tragedia es la madre que le tocó, y que sea una docente es un agravante, se supone que es una persona instruida y que se dedica profesionalmente a instruir gente. Creo que esto no fue un accidente, fue una clara negligencia que en más de un país serio se podría llegar a castigar.
ReplyDeleteEn otro post comentaba que cada día con mayor frecuencia los padres les plantean a los profesores, con resignación, que ya no saben qué hacer con los hijos. Y ahora, también es habitual que los padres concurran a la escuela para pedir explicaciones a los profesores y a las autoridades por qué les han llamado la atención o reprendido a sus hijos; también concurren a la escuela para cuestionar las calificaciones que reciben sus hijos. He escuchado casos de padres que les dicen a las autoridades de la escuela que están cansados de ir a la escuela a quejarse. Como decía alguien por ahí: «Nadie entiende nada. Batifondo fenomenal». Esos padres han abdicado de su rol como tales. Y ya no se distingue quién es el padre y quién es el adolescente. Lamentablemente, algunos de ellos, como seguramente debe de ser el caso de esta madre, descubrirá su error tan dolorosamente. Y en otros casos, son terceros los que sufrirán las consecuencias de tanta irresponsabilidad.
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