La intolerancia, desde los funcionarios más importantes hasta el último orejón del tarro.
Un lector manda una carta que es publicada en la "La Gaceta" de Tucumán:
"En una sociedad corrupta como la de Argentina, un hombre honesto es difícil de encontrar. Sin embargo, cuando una pareja de ancianos dejó 32.000 dólares en su taxi, Santiago Gori los buscó y les devolvió hasta el último centavo. Asombrados por tamaña honestidad, los argentinos empezaron a enviarle donaciones por medio de un sitio web creado en su honor..."El hombre apela a los lectores para que "desde algún organismo se tomen medidas."
Así comienza un artículo de una página de internet, muy conocida en EEUU, en el que escribí el primer comentario expresando mi molestia porque ofenden a la sociedad argentina.
Qué medidas?! Contra un blog por decir algo que, encima, es tan real como que la tierra es redonda?
Meu Deus!
Pero también... qué se puede esperar de un ciudadano común en un país en el que el Ministro de Justicia opina que las imitaciones del presidente deberían ser "reguladas"?
Que no queden dudas, eh? Así nos va.
(*) No se pierde lo que no se tuvo... tuvimos una alguna vez una verdadera república?
Deberían utilizar toda esa energía para tratar de cambiar en lugar de intentar esconder los problemas.
ReplyDeleteA veces pareciera que las cartas de lectores de los diarios y los comentarios en sus sitios proviniesen de un enorme esfuerzo por escribir las opiniones más estúpidas que la mente humana pueda formular.
ReplyDeleteDe otra forma, son difíciles de explicar.
Ramiro, cuidado con leer esas cosas que son mucho más nocivas que la "pasta base"
Blogovido: éste es un artículo que apareció en la portada digital del diario ayer.
ReplyDeleteSí, pero proviene de una carta de lectores o un comentario a un sitio, ese género tremebundo.
ReplyDeleteY, además, ¿cómo les vas a tocar el mito de que el pueblo argentino es solidario? No darán el asiento a las embarazadas en los colectivos, pero sí que son solidarios. Y mucho mejores y menos corruptos que los yanquis que no quieren a nadie, por supuesto.