Lo decía ayer, muchas veces me da la sensación de que me hace falta tomar un lexotanil para no arrancarme los pocos pelos que me quedan leyendo las idioteces que se repiten por esta zona.
La Opinadora me dice que exagero, que me lo debería tomar con más soda. Pero no puedo con el genio.
Ayer en el diario local salió una carta al director de una profesora del Cégep local - lo que vendría a ser un community college en EEUU (universidad de carreras cortas y preparatoria para la universidad propiamente dicha). La señora sostiene, con el mayor desparpajo, que la solución para los problemas del planeta es la “salida del capitalismo”, al que culpa de todos los males del mundo habidos y por haber, desde la pobreza, pasando por la desigualdad creciente, la ecología y el global calenting.
La compañera docente no lo aclara, pero supongo que cuando habla de “capitalismo” se refiere en realidad a la economía de mercado. Tampoco dice directamente cuál sería la alternativa – los colectivistas en todas sus manifestaciones son especialistas en tratar de hacerte creer que las cosas son gratis – pero queda claro que si el problema es la libertad de llevar a cabo intercambios voluntarios de bienes y servicios la solución pasa necesariamente por eliminar o limitar seriamente dicha libertad.
Es así como escuchamos en Canadá, uno de los países de mayores ingresos del mundo, gracias justamente a la plena vigencia de la libertad política y económica, de boca de un integrante de uno de los grupos más privilegiados por el nivel salarial y la estabilidad laboral, que la solución para los problemas del mundo pasa por la planificación centralizada, para lo que necesariamente hace falta mayor presencia del estado.
You’ve got to be fucking kidding.
Lo más penoso de todo es que seguramente esta mujer les llena la cabeza a sus alumnos - pajaritos de 18 – 20 años recién salidos de la secundaria - con imbecilidades como esas.
La diferencia entre un país al que le va como Canadá y uno al que le va como Argentina o Bolivia no pasa por las autopistas, las computadoras, los aviones o la ropa de marca. Pasa por el sistema de valores, por una forma de encarar la realidad. Si Canadá adopta el de Argentina, en pocos años le irá como Argentina.
louis cyphre; uno de tus mejores posts q he leido desde q encontre el opinador.
ReplyDeleteme paso lo mismo cuando empece la facultad a los 18 en londres. q pena, no?
Gracias, Justine, muy amable.
ReplyDeleteEs de locos, yo honestamente creo que esta gente no sabe de lo que habla.
«Ignorancia supina: La que procede de negligencia en aprender o inquirir lo que puede y debe saberse».
ReplyDeletePara mí que tiene más que ver con alguna característica humana como la envidia y el resentimiento y un mal entendido concepto de justicia, que con la ideología.
ReplyDeleteMuchos prefieren un gran igualador como el estado (en el mejor de los casos) aunque esto conlleve pobreza generalizada a una humanidad que progrese motorizada justamente por las diferencias, pero en la que hasta los individuos más rezagados gozarían de un mucho más alto nivel de vida que el que le brindaría cualquier colectivismo.
Esa gente habla como si la humanidad proviniera del paraíso, de la riqueza y la abundancia. Y no de la más extrema pobreza. La otra vez estaba mirando Perfume, una película ambientada en parís en el 1700 y la mugre y pobreza era total. Esa gente se olvida o no se preocupa por saber cómo se vivía antes de la economía de mercado. O cómo se vive actualmente en los países que desprecian la economía de mercado, que se vaya a Corea del Norte.
ReplyDelete100% de acuerdo con Louis!
ReplyDeleteEsa gente que habla todas esas huevadas lo hace del pico para afuera, porque seguramente no vivieron en un entorno donde se practiquen esos métodos.
Son puro blabla. Salen de despotricar contra el sistema y se suben al Hummer.
Habría que recordarles que el aire que respiran no lo puede respirar otra persona, y que deberían abstenerse de hacerlo hasta que el estado determine cuanto le corresponde a cada uno.
ReplyDeleteQue alguien le diga que ya salimos del capitalismo.
ReplyDeleteNo veo las horas que mis hijos tengan edad escolar. Me voy a manejar unos quilombos universales cuando se topen con "educadores" de esta calaña.
Los seres humanos somos todos distintos (verdad de perogrullo), pero esa diferenciación hace que muy pocos porcentualmente hablando sean emprendedores y dentro de estos, solo un pequeño porcentaje tiene éxito, porque conjugan el coraje, las ganas de trabajar con el talento necesario. Para el común son desconocidos. Son estos emprendedores los que mueven el mundo. La gente ve solo el producto: la empresa exitosa que crea cosas nuevas y no percibe que sin el emprendedor no hay innovación. Piensa erroneamente que se puede suprimir la propiedad privada sin suprimir la libertad. Piensa que si esa empresa hoy exitosa es "de todos" seguirá siendo exitosa. Piensa que si se reparte más entre todos "el que reparte" no se quedará con la mejor parte y seremos todos felices. Piensa que los que pasan su vida pensando y trabajando, innovando y muchas veces amargándose lo seguiran haciendo por un sueldo como el de ellos. Piensan en el fondo que no hace falta ser "distinto" para ser exitoso económicamente así como es necesario ser "distinto" para se exitoso en las ciencias o las artes.
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