Ustedes se enojan y me acusan de mala onda.
Pero personajes nefastos como Javier González Fraga te lo dicen de frente y sin tapujos. El problema no es el modelo sino su implementación.
¿Qué gana el país sacándose de encima a esta manga de impresentables si continúan las mismas políticas de fondo? ¿Una versión marginalmente más prolija del socialismo nacionalista?
¿Cuánto falta para que reaparezca Lavagna?
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