Muy interesante. El nieto de Don Milton está convencido de que la única esperanza para el liberalismo clásico pasa por
una isla flotante.
Qué interesante sería que un grupo de voluntarios (accionistas) compre un terrenito más o menos grande en algún lugar (se me ocurre la Antártida), libre de ataduras legales o soberanas, para vivir como se le venga en ganas.
Hay libertad en todo aquel lugar en donde no haya Estado. O esté muy pero muy limitado.
ReplyDeleteA propósito de ideas por el estilo, Louis, podés echarle un vistazo a este post: http://dontiburcio.blogspot.com/2008/10/vivir-sin-impuestos.html
ReplyDeleteMariana y Marcelo, No soy un experto pero si el territorio a adquirir está bajo alguna soberanía es imposible escapar a las leyes. Por eso se me ocurría la Antártida (tratados internacionales pero sin soberanía concreta).
ReplyDeleteLa idea es que el país vendedor de un determinado territorio renuncie a la soberanía sobre el mismo. Pero tenés razón: ¿con qué gobierno - estable - firmarías ese tipo de convenio?; ¿y eventualmente quién te asegura el cumplimiento?
ReplyDeleteHay que optar entre la Antártida, la isla flotante y Marte.