Jun 7, 2009

Te la regalo

En un momento de la reunión nos pusimos a charlar con una señora venezolana que vive en Montreal desde hace unos siete años.

Nos preguntó cómo estaban las cosas en Argentina y, cuando mencionamos la explosión de los indicadores de crimen violento, nos paró en seco para decirnos que lo de Argentina no es nada. Para ilustrar su punto nos contó unas anécdotas de su última visita a Caracas en 2007.

Su madre se enfermó muy grave y tuvo que viajar de un día para otro. Su hermana la fue a buscar al aeropuerto. Pero todo el mundo sabe que hay bandas que esperan a los pasajeros que llegan en vuelos desde EEUU, Canadá o Europa y los siguen por el camino para asaltarlos y quedare con los dólares (o euros, supongo). Dicho y hecho, en el trayecto los venía siguiendo un auto. En la desesperación pararon en una comisaría y esperaron dos horas hasta que al final las víctimas de una sociedad injusta desistieron y se fueron. Después tuvieron que pagarle a un par de policías para que los acompañe hasta su casa en un patrullero.

La madre estaba internada en un sanatorio privado, según esta persona de los más caros y exclusivos de la ciudad. La enfermera les pidió que por favor cerraran con llave la puerta de la habitación y que no la abrieran para nadie. Les dijo que antes de ir a controlar al paciente los iba a llamar por teléfono y después golpear dos veces para que le abran.

Aparentemente está, o estaba, de moda asaltar a los pacientes médicos. Una consulta en consultorio cuesta el equivalente a unos cien dólares y, por lo que cuenta esta señora, la Venezuela bolivariana se maneja mayoritariamente en cash. Los tipos organizan un atraco en una sala de espera con seis pacientes y se levan 600 mangos de un saque, un botín nada despreciable en Chavezuela.

Según esta señora, lo más impresionante de todo es la manera en que la gente reacciona a estas cosas en Venezuela. Absoluta resignación, como si se tratara de lo más normal del mundo, hechos absolutamente inevitables de la vida, como un terremoto o un huracán. Son cosas que pasan, qué se le va a hacer, hay que adaptarse y aprender a vivir así.

1 comment:

  1. Te lo explican y vos no querés entender, Luis.

    Redistribución no es delito.

    Hace tiempo que no voy por la carretera de La Guayra... las veces que fui, en la época cuando se había derrumbado el puente y había que tomar el desvío... teníamos prohibido viajar entre las 5 PM y las 8 AM... si el vuelo requería estar en la zona en ese horario, había que pasar la noche en el Aeropuerto.

    Eso si, los posters de Ahmadinejad estaban a ambos lados de la ruta.

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