El mundo al revés, el mayor de los descaros, todo vale mientras los que escuchen sean idiotas, ovejas:
"Son datos contundentes acerca de lo pujante que está nuestro mercado interno, la competitividad que tiene nuestro país y, fundamentalmente, la calidad de la mano de obra local", señaló la ministra de Producción, Débora Giorgi, que ayer recibió a los ejecutivos de la brasileña Penalty.
Se podrían hacer cosas infinitamente más piolas para favorecer el empleo de mano de obra no capacitada, no esta fantochada industrialista absurda.
Por ejemplo, el estado (mejor sería el provincial o el municipal) podría hacerse cargo desde rentas generales de todas las cargas sociales y jubilatorias de los empleados.
Total, en definitiva, o no consiguen trabajo o trabajan en negro. En ambos casos, el estado termina pagando eso.
Junto a eso hacés ahorrar al empleado para cubrir una indemnización por despido y el empleo sube rápidamente varios puntos y con economía formal y bancarizada.
Pero, claro, los políticos no se llevarían las palmas ni manejarían la plata, así que estamos hablando de un imposible en la tierra de los talibanes del populismo.
Que desastre esa nota, mercantilismo full-full con A/A?
ReplyDeleteBuenísimo, descubrimos la cornucopia de la abundancia laboral.
ReplyDeleteAhora cerremos las importaciones de microprocesadores y hacemos que Intel se mude de Silicon Valley a Burzaco.
Pura coima...
ReplyDeleteEl mundo al revés, el mayor de los descaros, todo vale mientras los que escuchen sean idiotas, ovejas:
ReplyDelete"Son datos contundentes acerca de lo pujante que está nuestro mercado interno, la competitividad que tiene nuestro país y, fundamentalmente, la calidad de la mano de obra local", señaló la ministra de Producción, Débora Giorgi, que ayer recibió a los ejecutivos de la brasileña Penalty.
Se podrían hacer cosas infinitamente más piolas para favorecer el empleo de mano de obra no capacitada, no esta fantochada industrialista absurda.
ReplyDeletePor ejemplo, el estado (mejor sería el provincial o el municipal) podría hacerse cargo desde rentas generales de todas las cargas sociales y jubilatorias de los empleados.
Total, en definitiva, o no consiguen trabajo o trabajan en negro. En ambos casos, el estado termina pagando eso.
Junto a eso hacés ahorrar al empleado para cubrir una indemnización por despido y el empleo sube rápidamente varios puntos y con economía formal y bancarizada.
Pero, claro, los políticos no se llevarían las palmas ni manejarían la plata, así que estamos hablando de un imposible en la tierra de los talibanes del populismo.