Argentina pudo salir de una situación de colapso terminal de su infraestructura (teléfonos, caminos, trenes, puertos, ríos interiores, luz, gas, ferrocarriles, agua potable, cloacas, etc.) gracias a que en los primeros años de la década del 90 el país pudo convencer a una serie de empresas para realizar inversiones monumentales.
La situación de fines de la primera década del siglo XXI se parece demasiado a la de fines de los 80. El gran problema es que después de haber estafado a medio mundo, y de haberse jactado de hacerlo, honestamente me cuesta imaginar algún escenario en el que alguien hunda un dólar en inversiones de largo plazo en Argentina.
Me temo que, salvo algún milagro, las deficiencias en los servicios públicos van a durar muchos años.
decile a Rosenwaser que no regale el telefono a manija
ReplyDeleteEl día que se decida volver a privatizar a dar la bienvenida a inversiones extranjeras va a hacer falta otra vez darles mercados cautivos con tarifas muy altas para poder tentarlos.
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