Un tema que parecería necesitar una clarificación constante en este país: las instituciones y las personas que las personifican no son lo mismo. Moyano no es el gremio, Cristina no es la presidencia. Es muy estupido, pero el personalismo con que se mueve la sociedad argentina siempre lleva a identificar la persona con su puesto en una institución.
Entonces, atacar a Cristina significa querer destruir la investidura presidencial, no coincidir con las visiones individuales de los gobernantes es ser antidemocrático.
Lo más grave, lejos, es que al no separar la investidura del investido, no se puede evaluar la relación entre ambos. La primera persona en atacar la investidura presidencial es la actual presidente, y antes, su marido. Y después, la vía láctea de estrellas políticas que tenemos, las cosas que tenemos que ver de diputados y senadores, hay gente en esos puestos a la que no le pediría que me tenga un sanguche de mortadela por diez minutos.
Creo que todos los dias criticamos a los presidentes o a los políticos por lo que le hacen a la economía, a la seguridad, etc, pero no sería hora de que PRIMERO los enjuiciaramos por lo que le han hecho a la institución que circunstancialmente encarnan?
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