Qué grande, después de condenar a la miseria y al atraso a los cubanos durante 50 años, los Castro se dan cuenta de que “la revolución” es muy romántica y sale una pinturita en los murales de La Habana, pero para parar la olla todos los días no alcanza.
Ahora sólo falta que lo entiendan los argentinos, venezolanos, ecuatorianos, nicaragüenses y bolivianos y surge alguna esperanza para la región.
La tiene más clara que Cristina.
ReplyDeleteLo mejor es que ahora el socialismo cubano se preocupa por las cosechas, de la industrialización poscapistalista al agrarismo medieval.
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