Alejandro Rozitchner en La Nación de hoy. ¿Lo leyeron?
Muy fuerte y realmente duele. Pero no por eso deja de ser cierto en el caso de millones de argentinos:
A veces la mala conciencia que la queja y la crítica (y sus aliados, la falsa profundidad de una intelectualidad infantil, la ideología que traduce resentimientos en posiciones exaltadas) ocupan el lugar del poder, e impera una visión involutiva del mundo. Los gobiernos K han sido gobiernos de oposición: un rasgo neurótico para el campeonato. Soy el que tiene el poder pero vivo hablando en contra de los que tienen el poder. Es una pulsión de amargura e impotencia, involutiva, que no aporta nada. Como parece que está quedando en evidencia cada vez más. Sin embargo esta neurosis galopante de un ser atragantado expresa la visión del mundo de muchos argentinos.
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