Aug 15, 2009

Ironía laboral

Un ginecólogo aguarda su última paciente que no llega.

Después de 45 minutos, suponiendo que no vendrá, resuelve tomarse un gin tonic para relajarse antes de volver a su casa.

Se instala confortablemente en un sillón, comienza a leer el diario cuando llaman a la puerta.

Es su paciente, una rubia escultural de 30 años, que llega apurada y pide disculpas por el retraso:

- No tiene importancia, responde el medico. Estaba tomando un gin tonic, esperando para irme a casa, ¿quiere uno para relajarse?

- Sí, muchas gracias, responde la paciente, aliviada.

El médico le sirve una copa y se sienta frente a ella para conversar. De repente, se escucha que alguien abre la puerta del consultorio.

El médico sobresaltado se levanta y dice:

- ¡Mi esposa! Rápido, sáquese la ropa y abra las piernas.

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