La política (o falta de) universitaria de un país es una aproximación bastante acertada de la seriedad (o falta de) con la que dicho país se maneja en la vida.
En ese sentido, el sistema universitario argentino, si es que se lo puede llamar así, no resiste el menor análisis.
Comparto el diagnóstico de Alieto Guadagni: el sistema no es sólo ineficiente, sino altamente regresivo. Se gradúa menos del 20% de los que ingresan y los argentinos de menores ingresos solventan los estudios de los de mayores ingresos.
También comparto algunas de sus propuestas para reformarlo: necesidad de una mayor articulación entre la escuela secundaria y la universidad, examen generalizado al final de la secundaria como requisito de ingreso (debería combinarse con el promedio general del alumno en ese nivel), becas y préstamos a alumnos de bajos ingresos (en base al mérito), examen general para los egresados universitarios.
Pero honestamente no entiendo el por qué del temor de Guadagni de incluir en su “wish list” en el caso de las universidades lo que ya es la norma para la mayoría de los alumnos de escuela secundaria del país: el pago de un arancel para estudiar.
¿Por qué complicarse con sistemas burocráticos indirectos para recaudar y transferir impuestos adicionales? Los alumnos universitarios deben entender cuanto antes que lo barato sale caro, que no hay nada gratis en la vida y que lo que no cuesta no se valora.
Yo sigo pensando que las universidades públicas deberían pasar al ámbito provincial; los contribuyentes de la provincia Cachito deben pagar menos que los contribuyentes de otras provincias para estudiar en la universidad de la provincia Cachito; pero los contribuyentes de otros distritos argentinos deben pagar menos que los extranjeros para estudiar en dicha universidad.
Se podría empezar con un arancel absolutamente simbólico de mil dólares al año, pagadero en 10 cuotas mensuales, para los residentes del distrito.
Otra cosa, ¿qué quiere decir Guadagni cuando sostiene que “los graduados universitarios no tienen el perfil profesional requerido por el desarrollo del país”? ¿Don Alieto cree honestamente que un funcionario está en condiciones de determinar cómo se desarrollará Argentina o está más capacitado que un estudiante y su familia para decidir qué carrera debe estudiar?
Con razón incluye al cubano entre los ejemplos de sistemas universitarios.
"Los planes difieren, los planificadores son todos iguales".
ReplyDeleteEs una locura que todavía, año 2009, no exista un GRE en Argentina, bue una locura más, igual lo nuestro nunca fue la competencia, lo importante es participar.