Despues de lo que fuimos comentando de los dichos de Mujica, se me hace patente que al menos yo considero que el estado es la principal fuente y articulador de la corrupción en Argentina. No en todos lados, no de manera homogenea, pero considero que los polìticos, y en general los funcionarios pùblicos, son el esqueleto de la corruptela en Argentina (entendiendo genéricamente corrupción como ilegalidad, aunque aca lo tenemos tan identificado que cuando hablamos de corrupción pensamos automáticamente en funcionarios publicos, por qué será?).
Un privado puede ser corrupto sin complicidad del estado, pero solo hasta que lo agarran, y probablemente no pueda volver a repetir el hecho. Pero el funcionario público cuando es corrupto en la práctica se convierte en una deformación genética del sistema. Contagia, instala más corrupción, y no se va nunca. Y eso si hablaramos de casos aislados, que no es nuestra norma.
En mi experiencia, No tenes uno corrupto y al lado uno honesto. Es un fenómeno cultural. En las provincias corruptas son todos corruptos. Es el sistema en que navegan. Y generalmente hay poco delito, porque cuando el sistema y la población son corruptos en connivencia, la expeditividad que tienen para tratar con el delito es mucho mayor. Otras provincias son loablemente rectas en comparación. Conozco mucho La Pampa y si bien lo pesado es igual en todos lados, el ciudadano de a pie trata con funcionarios bastante más derechos que, digamos, Formosa.
Pero lo dicho: considero que la fuente, el motor y al semilla de la corrupción y la deshonestidad en Argentina está en el empleo público. Por qué? Simplemente porque los motivos para enrolarse en las filas estatales han ido cambiando y hace decadas que ya no son las que debieran. El servidor publico debe tener una dosis de vocación mucho más fuerte que un privado, y muchisima menos intención de enriquecerse con su trabajo. Si lo principal para vos es pelechar o tener tu entrada fija sin problemas y te metiste en el sector público asumo de movida que sos un hijo de puta, o un inutil, o ambos. Y con el recambio tenemos una selección natural perversa, se van reemplazando personas que quizas hayan tenido motivos honorables para estar ahi por otras. Como fueron cambiando las motivaciones en cuestión, simplemente para mí hoy cualquiera que tenga interés en comenzar una carrera en el empleo público no merece mi respeto. No creo en sus motivaciones. Punto.
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