Muy interesante la columna de hoy de Marianito. En el fondo, siempre se trató de un conflicto entre los que consideran que la libertad tiene una importancia fundamental y los que creen que se trata un invento neoliberal para oprimir a "los pueblos del tercer mundo”.
Qué te puedo decir, gorda, yo me siento reivindicado. Parece que no estaba tan equivocado cuando decía que es una locura seguir intentando ideas que fracasaron siempre que se las puso en práctica con la esperanza de que esta vez salgan bien.
Y, por supuesto, ahora que el experimento del socialismo nacionalista duhaldista – kirchnerista se hunde en la cloaca de la historia, la crítica y la indignación salen fácil.
La gran pregunta, la de siempre, ¿servirá para que los argentinos, incluida su clase dirigente, aprendan la lección? Yo no lo creo:
Desde la Constitución de 1853 hasta el golpe militar de 1930, los argentinos creyeron en la libertad. En este período de ochenta años, nuestro país pasó de ser un desierto improductivo a figurar entre las diez naciones con más alto producto per cápita del mundo, atrayendo a millones de inmigrantes del Viejo Mundo a quienes el Estado no les prometía ningún subsidio, ningún Plan Trabajar, pero les aseguraba en cambio que todo aquello que ganaran con el sudor de su frente no les sería arrebatado por un Estado invasor, por el "ogro filantrópico" del que hablaba Octavio Paz. Durante los ochenta años que han transcurrido del 30 a hoy, nuestro país ha retrocedido desde aquellos diez primeros puestos hasta el lugar número 68 que ahora ocupa en cuanto al producto per cápita de las naciones. ¿Tendrá algo que ver este descomunal retroceso con el hecho de que nuestra creencia fundamental haya dejado de ser "liberal" para convertirse en "estatista"?
Yo dirìa màs, hasta el treinta los argentinos creyeron en la CIVILIZACIÓN.
ReplyDeleteSí, en términos sarmientitos sería civilización vs. barbarie.
ReplyDeleteMe ganaste mano, se iluminó marianito hoy.
ReplyDeleteBrillante. Su mejor columna en bastante tiempo. Creo que el apego por el estatismo de la sociedad argentina tiene que ver con el miedo a la libertad de elección (la ley de medios es un ejemplo) y con un fuerte rechazo, desde 1930, hacia todo aquello que signifique modernidad y capitalismo, expresado en ese deseo de idolatrar cuanto experimento fallido existe sobre la tierra. Por algo la Cuba castrista tiene tantos simpatizantes.
ReplyDeleteFrancisco, yo creo que en realidad hasta 1930 la que creía en la libertad (más que ahora) era la clase dirigente argentina. Los argentinos siempre fueron más o menos como ahora.
ReplyDelete“Sarmientinos” quise decir.
ReplyDeletela espiè por arribita y la tengo ahi para masticarla bien dentro de un rato.. marianito se supra, ya era hora de que la cortara con tanta repetición (venia medio denso el muchacho)
ReplyDeleteSi en vez de el Martin Fierro y la vida del gaucho vago y el Viejo Vizcacha rastrero se hubiese leìdo màs Facundo tal vez la semillita hubiese sido otra.
Ya me agarrè de los pelos con un amigo porque ahora parece que ser rosista, antiroquista y antisarmientista es top top.
En cuanto a que los dirigentes aprendan la lecciòn me parece que lo de Mariano ya peca de inocencia...
Mariano sostiene que tanto un extremo de estatismo como un extremo de liberalismo, son ambos igualmente condenables.
ReplyDeleteCómo pueden ambos conceptos ser siquiera poder ser puestos en un mismo plano?
Acaso la libertad puede ser considerada excesiva? Acaso es necesario alguna restricción adicional a aquella que se restrinja a limitar el avasallamiento del derecho de los demás?
Cómo puede poner en un mismo plano el socialismo estatizante causante de los mayores estragos de la humanidad durante el siglo 20, con la liberación de la potencialidad individual, algo que jamás fue puesto en práctica, salvo en pequeñas dosis y en una minoría de países, alo largo de la historia de la humanidad.
Néstor, yo también escuché eso mismo en Hora Clave hoy. Parece que Grondona se contradice con el claro apoyo al liberalismo que hace en el artículo.
ReplyDeleteDice que la Argentina pasó de un extremo al otro en muy poco tiempo. ¿Cuándo existió el extremo de liberalismo? Mas bien, creo que Menem fue bastante moderado en ese sentido.
Francisco, justamente lo dije por eso. Me pareció indignante lo del "profesor". No se puede estar con Dios y con el diablo.
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