Sep 30, 2009


Marianito trata de encontrarle algún sentido a la locura de los cortes de calles y caminos en la Argentina progresista, la de la felicidad para todos:

La "burocracia sindical" de origen peronista siempre se presentó ante el Gobierno y las empresas como un "mal menor" al que habría que privilegiar para evitar el "mal mayor" del extremismo. Pero la ausencia de un auténtico pluralismo sindical es un remedio de patas cortas porque excita finalmente a otras tendencias cuya militancia, si bien sería más molesta de ser libre, al fin crearía el ambiente de auténtica competencia que caracteriza a los países verdaderamente democráticos. Lo que tenemos en este terreno, entonces, no es la paz social proclamada sino una crispación apenas contenida por el autoritarismo estatal-sindical, lubricado a su vez por un alto índice de corrupción y por el "capitalismo de amigos" que también rodea, como una corte voraz, las estribaciones del kirchnerismo.

(Más sobre la libertad sindical)

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