Qué sé yo, me parece que a esta altura del partido seguir hablando de “proceso de aprendizaje” o “consensos de mínima” no tiene mucho sentido.
Yo tiendo a dar por sentado que es posible otra Argentina porque en el fondo todos queremos lo mismo: un país mejor. Para mí “país mejor” es sinónimo de más libre, más próspero, más inserto en la modernidad, más abierto, más organizado, más previsible, cada día más rico, más dinámico, más digno de ser vivido.
Pero creo que es un error. Es obvio que no todos los argentinos quieren lo mismo. No conozco los porcentajes, pero me parece que hay sectores muy amplios que vaya a saber por qué, por ignorancia o resentimiento, tienen como único o principal objetivo el revanchismo. Lo único que los entusiasma, lo único que apoyan, lo único que los hace sentirse vivos es lo que huele a desquite.
¿Puede surgir algo positivo en base al odio, al rencor, al resentimiento, al deseo de revancha? ¿Es posible tener éxito apostando permanentemente al fracaso?
¿Qué se le dice a una persona que prefiere toda la vida el fracaso ajeno al éxito propio, que repite como un mantra aquello de “me fundiré yo también pero cómo me gusta ver mal a [tal o cual enemigo real o imaginario]”?
La Argentina es el imperio del resentimiento y condenada por ello a una decadencia sin fin.
ReplyDeleteYo hasta en eso lo veo parecido al Islam.
ReplyDeleteExcelente.
ReplyDelete"¿Qué se le dice a una persona que prefiere toda la vida el fracaso ajeno al éxito propio...?"
Se le dice que al fracaso no se lo tiene solo merecido, sino garantizado en el futuro, eso se le dice.