Que el régimen kirchnerista tenga una subsecretaría para la reforma institucional y fortalecimiento de la democracia es como si Hitler hubiera tenido una secretaría encargada del fortalecimiento de las relaciones con la colectividad judía.
Al final renunció Marta Oyhanarte, la subsecretaria del área. Como comentábamos hace unos días, sólo le llevó seis años darse cuenta de que este gobierno es una banda de mafiosos.
Sería como el Ministerio del Amor hacia los productores agropecuarios.
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