Más sobre la guerra contra el narcotráfico en México, de Álvaro Vargas Llosa. Qué desastre:
Nadie sabe exactamente por qué Juárez se fue al infierno, pero la mayoría culpa a la guerra del gobierno federal contra ciertos carteles de la droga. Sostienen que la decisión de concentrarse en un par de grupos específicos, particularmente La Familia de Michoacán, generó un imprevisto reacomodo de alianzas y sacó violentamente a la superficie a un mundo criminal que hasta entonces tenía una existencia soterrada. La guerra entre los carteles de Sinaloa y Juárez, dos ex aliados, y entre ellos y las autoridades mexicanas, hizo jirones la ciudad.
Las consecuencias se extienden más allá de Juárez. Más de 10.000 personas han sido asesinadas en México, una mayoría en el norte. Recorrí en auto unos 700 kilómetros de la frontera mexicana hasta llegar a Altar, en el desierto de Sonora, y comprobé la sangrienta presión que La Familia ejerce sobre el cartel de Beltrán Leyva. La opinión general en Juárez es que el gobierno no estaba preparado para las consecuencias de su política y que la incapacidad para prever sus efectos desencadenantes en el equilibrio de poder entre las diversas mafias regionales convirtió lo que podría haber sido un emblema de la ciudad fronteriza transcultural de nuestro tiempo en una Bagdad sin ejército estadounidense.
Cuando se prohibió el alcohol, las mafias hacían lo mismo. Hay que pensar en cambiar de estrategia, invertir todo el dinero en prevención contra las drogas (minimizar la demanda) y no en combatir la producción y el comercio.
ReplyDeleteHabría que avanzar hacia la legalización.
ReplyDeleteO, en todo caso, como dice Rothbard. Cualquier cosa es mejor que la "guerra contra las drogas", que estuvo perdida desde el día en que inició.
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