Relacionado con la columna de Cavallo sobre el tipo de cambio real y las exportaciones, me gustó el comentario de Germán R. Pirán en lo del Profesor Ávila.
Yo creo que el debate no es entre tal o cuál instrumento de política económica o entre dos "modelos", sino entre dos concepciones diametralmente opuestas sobre cómo debe ser la relación entre el individuo y el estado. Esta gente está convencida de que la razón de ser del argentino de a pie es resignarse a ser pobre de por vida para sostener a los "empresarios" prebendarios nacionales y populares:
Desafiar intelectualmente a los autores del plan Fénix no es misión complicada, porque ese disparate que pregonan fracasó siempre, y los argentinos lo sabemos. Me hubiera gustado que Cavallo EXPLICARA porque no dolarizó la economía en vez de poner el corralito ridículo y asesino del sistema financiero cuando cometió la OSADIA de meterse con el gobierno de DE LA RUA, sabiendo que SIN MONEDA NI SISTEMA FINANCIERO el país se hundiría irremediablemente. Al callar e irse, Cavallo LE DIO UNA MANO a Duhalde y Alfonsín para hacerlo echar a De la Rua, luego a Rodríguez Saa, hacerlo elegir Presidente SIN ELECCIONES a Duhalde y finalmente TERMINAR CON LA CONVERTIBILIDAD. Que hubo gente resentida por el éxito político de Carlos Menem cabe suponer, y que Duhalde y Alfonsín estaban entre ellos, también. Ahora ¿Cavallo también se unió contra la convertibilidad por resentimiento contra Carlos Menem que lo expulsó? ESA ERA LA RESPUESTA que yo hubiera esperado. Usted, que seguramente lo conoce, pregúntele si NO RESCATO LOS PESOS CONVERTIBLES PARA DOLARIZAR porque lo amenazaron, o porque tuvo algún motivo creíble, ya que si Argentina hubiera seguido dolarizada, otra situación tendríamos hoy. A De la Rua no lo hubieran echado, Duhalde no hubiera sido Presidente, Kirchner no hubiera sido su Delfín (nadie lo conocía aparte de los pingüinos) y posiblemente CARLOS MENEM seria hoy presidente en un cuarto periodo (2003-2011) a juzgar por las proyecciones, la facilidad con que ganaba las elecciones, su claro perfil prooccidental aperturista, y el innegable hecho de que la MONEDA es la base angular para medir y calcular en economía.
Para mí se trata de un error, era imposible dolarizar en 2001. Los políticos no lo hubieran permitido y De la Rúa, aunque lo hubiese querido, no tenía el poder político de Menem en 1989 posterior al desastre de Alfonsín. Sin dudas, el error fue no dolarizar en 1991.
ReplyDeleteNos tapó el agua.
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