Suelo no compartir casi nada de lo que dice Abel Posse, que acaba de asumir como funcionario de Macri, pero debo admitir que es de los pocos que escuché que se animan a hablar sin pelos en la lengua (o con menos pelos en la lengua) sobre estos temas:
Abel Posse asegura que actualmente "el gatillo fácil lo tienen los delincuentes". Advierte sobre los ataques que sufrieron la Policía y las Fuerzas Armadas de "una minoría que se alzó contra la democracia".
No tiene más que contrastarlo con las declaraciones de personajes como Binner, la gran esperanza de la oposición.
¿Será parte de una muy saludable reacción contra el surrealismo como política de estado de la patria progresista?
Posse debe ser un cambio importante, veo que los sindicatos docentes de la ciudad ya están pidiendo su renuncia.
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