Jan 16, 2010
Están llegando en aviones militares los primeros grupos de canadienses evacuados de Haití. Todavía quedan cerca de 1500 personas con paradero desconocido.
Anoche veía una entrevista a un par de voluntarias de trabajos humanitarios, una de 50 y pico y la otra de 20 y pico, que tuvieron la tremenda mala suerte de llegar a Haití una hora antes del terremoto. Las agarró justo cuando iban del aeropuerto a Puerto Príncipe en colectivo. El chofer ni paró, fueron directamente a la embajada canadiense.
Las dos destacaban el hecho de que no es justo que por el sólo hecho de ser canadienses ellas se salven y tengan un país civilizado al que regresar y que centenares de miles de haitianos sufran de esa manera. Contaban que después de que entró el colectivo a la embajada, cerraron el portón de la entrada y afuera quedaron centenares de personas que acamparon en la vereda.
En el medio de la noche, una de ellas se levantó y les dio la mano a algunas personas a través de las rejas. Un mundo realmente injusto.
Me llama la atención que en ningún momento se le haya ocurrido a alguna de ellas que nadie las obligaba a quedarse en la embajada canadiense, en donde tenían agua, alimentos, medicamentos y un lugar seguro para dormir. Podrían haber salido y dormir con los pobres haitianos que acampaban en la calle.
Nadie las obligó tampoco a subirse al primer Hércules de las CAF disponible para volver a Canadá. Podrían haberse quedado en Haití a acompañar el sufrimiento y las privaciones de tanta gente.
Lo que me lleva a una pregunta recurrente. Qué porcentaje del delirio antimodernidad y anti desarrollo de la mayoría de las encarnaciones actuales de la izquierda tiene que ver con el profundo sentimiento de culpa de tanta gente en los países exitosos del mundo.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
la radio de aca habla de una chica de la Portland University que estaba haciendo trabajo voluntario como terapista fisica con niños haitianos... y se murió cuando colapsó el edificio donde vivía.. su roomate se salvó y ahora todos hablan loas de la chica.. seguro que era buenísima y me parte el alma escuchar a sus padres hablando.... tenía 23-24 años...
ReplyDeleteVan 6 canadienses muertos y unos 1500 desaparecidos.
ReplyDeletevos tambien Luis, si no vuelven quien cuenta? lo hacen por los haitianos
ReplyDeleteMenos mal que iban a hacer trabajos humanitarios...
ReplyDeleteY se rajaron en el primer flete que pintó.
Y bué, dicen que la caridad bien entendida empieza por casa.
Puaj.
Anonymus:
ReplyDeleteLo que pasa es que a la caridad la reemplazan con el denuncialismo.
Es más práctico y más cómodo.
Aca disiento. Las chicas fueron para ayudar, pero en ningun momento pensaron en arriesgar su vida para eso. Cuando cambio el panorama, y sus vidas pasaron a estar en riesgo certero, decidieron irse. No me parece mal.
ReplyDeleteSaludos,
Massa.-
Massa, mi punto no es que se deberían haber quedado. Cada uno sabe lo que le conviene o hasta donde llega su vocación de servicio. Me molesta la hipocresía. Si tan injusto les parece que por el sólo hecho de haber nacido en Canadá ellas tengan una mejor calidad de vida que los haitianos, podrían haber hecho algo al respeto, más allá de declaraciones altisonantes por televisión.
ReplyDelete